El listado de industriales valencianos que, con mayor o menor ambición, están derivando parte de sus beneficios a la actividad inmobiliaria, continúa creciendo. La famia Juan, propietaria del grupo de Gandia dedicado a la bollería Dulcesol, está entrando con discreción en el sector inmobiliario, desde una vertiente turística.

Concretamente, el family office creado hace unos años por los hermanos Juan para gestionar el patrimonio financiero de la familia está haciendo incursiones en capitales como València, Madrid y San Sebastián al calor del boom turístico y la rentabilidad de estas inversiones. Establecimientos turísticos y locales comerciales son los dos objetivos.

Entre sus últimas operaciones destaca sobre todo, por simbólica, la adquisición en la calle Santa Catalina de València del edificio cuyo bajo ocupó hasta hace poco la histórica horchatería El Siglo, y que hoy tiene como inquilinos un restaurante y un hotel.

De la gestión se ocupan otros

En línea similar, los propietarios de la famosa firma de magdalenas han adquirido un hotel en la zona de la playa de la Concha de San Sebastián, que estará listo para su apertura a finales de este 2018. En ambos casos, el family office realiza la inversión patrimonial y otras empresas se ocupan de la gestión.

Según explica a este diario Rafael Juan, consejero delegado de Dulcesol, la segunda generación decidió hace aproximadamente una década sacar del grupo el patrimonio inmobiliario para obtener más rendimiento, y que la actividad industrial fuera rentable por sí misma.

A partir de aquello, los tres hermanos, segunda generación de la familia, pusieron en marcha un family office para gestionar inversiones inmobiliarias que se han ido orientando hacia el sector vacacional. «No tenemos un perfil de inmobiliaria enorme. Son los excendentes del negocio que no reclama el proyecto industrial. El foco está en el grupo industrial», aclara el empresario.

Dulcesol, con unas ventas de 320 millones de euros y 2.100 empleados, es uno de los grupos industriales más pujantes. En estos momentos concentra su producción en las plantas de Gandia y Villalonga, y desde hace unos años cuenta con una factoría en cerca de Orán (Argelia), desde la que está copando el mercado magrebí. Sus planes se orientan a la internacionalización y diversificación.