El proyecto de construcción del acceso norte terrestre para el Puerto de València -una histórica reivindicación de los gestores del recinto del Grao desde que se construyó el bypass y se eliminó el paso de camiones hace ya tres décadas- vuelve otra vez a escena. La decisión ha sido tomada por la Autoridad Portuaria y la Generalitat y permitirá poner en marcha un protocolo con el Ministerio de Fomento que apruebe un estudio informativo con todas las alternativa posibles para generar un corredor de infraestructuras (para camiones y trenes de mercancías) entre Sagunt y València.
La presión de grandes navieras, el impulso de la Generalitat y la próxima fase de ampliación de los muelles del recinto marítimo llevan ahora a la Autoridad Portuaria a retomar otro proyecto de corredor terrestre entre los puertos de València y Sagunt, en esta ocasión se baraja un trazado submarino -que costaría entre 450 y 600 millones de euros, aunque todavía noque no afecte al término municipal de la ciudad del Túria, tal como exige la corporación municipal que preside el alcalde Joan Ribó.
Las razones esgrimidas durante este período de reivindicación del acceso norte son, entre otras, las reducciones de tráfico en la V-30 que varían entre los 100 y los 200 vehículos equivalente por hora y carril. Además, dado que la V-30 se encontrará prácticamente congestionada en 2020, estas reducciones son muy importantes para mitigar los colapsos de tráfico en este eje viario, un de las que tiene mayor densidad en el Mediterráneo. Otra razón de los defensores del corredor Sagunt-València es que habrá «menor presión para la ampliación de la V30, que costaría unos 130 millones de euros.
El tiempo apremia
La carencia del acceso norte penaliza el comercio exterior del puerto de València y su área de influencia en España. Además, el tiempo apremia para construir esta infraestructura porque la Autoridad Portuaria planificó una macroampliación norte que, según los principales operadores de terminales marítimas, no tiene sentido sin un acceso norte que garantice la reducción de costes logísticos y de transporte.
Como en etapas anteriores, el nuevo corredor de infraestructuras tropieza con el problema de la financiación, pues ni la Generalitat ni la Autoridad Portuaria cuentan con los recursos suficientes para afrontar esta obra.
Además, la iniciativa privada tampoco ha mostrado interés por destinar recursos a este ambicioso proyecto, que ya se ofreció en otros tiempos al Grupo Abertis a, concesionario de autopistas, al considerarlo inviable para gestionarlo y obtener recursos económicos a cambio de sus explotación.
