La C. Valencia es la que más grava a las rentas altas. Concretamente, en los tramos a partir de 110.000 euros de ingresos, la autonomía es la que presenta la tributación más elevada en toda España. Así se desprende de la XVII edición del estudio «Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2018», publicado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales de España del Consejo General de Economistas (CGE).

Así, un salario de 110.000 euros paga 38.663,23 euros de IRPF en la región, frente a los 36.375,37 euros que abona en Madrid (ver tabla adjunta). El CGE ha realizado esta comparativa teniendo como base de cálculo un contribuyente soltero y sin hijos, menor de 65 años y sin discapacidad ni ninguna otra circunstancia que pudiera darle derecho a alguna deducción estatal o autonómica.

Según dicho informe, Cataluña repite de nuevo como la comunidad autónoma con un IRPF más elevado para las rentas medias y bajas, además de ser la región con un mayor número de tributos propios, mientras que Madrid volvió a ser la región en la que menos abonan los contribuyentes vía IRPF, con una diferencia de hasta 273 euros entre ambas comunidades en el caso de contribuyentes con unos ingresos medios de 30.000 euros.

En el análisis de la fiscalidad valenciana, el informe revela que los impuestos propios apenas han crecido un 2,9% hasta los 249,8 millones. El presidente del CGE, Valentín Pich, explicó que los tributos propios suponen una «escasa" fuente de financiación para las autonomías, ya que representan solo el 2,2% de la recaudación en 2016».

Sin embargo, los ingresos tributarios, fruto de la recuperación de la actividad, se elevaron un 12,2%, con 10.406 millones en la C. Valenciana. La autonomía, de hecho, es la que registró un mayor crecimiento en la recaudación.