El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la asociación que integra a los ex­­­­­­portadores privados de cítricos de España y que preside Vicente Bordils, lamenta la confusión generada en los mercados por las va­loraciones "uni­laterales y no con­sen­sua­das" difundidas por el nuevo presidente de la Interprofesional Citrícola Es­pa­ñola (In­ter­ci­trus), Rafael Cervera. Efec­ti­va­mente, en una reciente entrevista, Cervera valoraba la situación de la campaña y auguraba que ésta "no llegará a abril" ya que -decía- "solo quedan por recolectar 550.000 toneladas".

Muy al contrario, los ser­vi­cios técnicos de esta organización estiman que en el conjunto del país -aten­­diendo a los cálculos más conservadores- aún quedarían por recoger y comercializar casi cuatro veces tal can­ti­dad: al menos 2,2 millones de Tm. Con tales cifras, advierten desde el CGC, se "garantiza, en el peor de los casos y a pesar de la caída prevista de la cosecha nacional, un normal suministro" de mandarinas y naranjas tanto a la UE como a determinados merc­ados terceros hasta finalizar la campaña de cítricos. Una temporada que, "como todos los años -aseguran desde el citado comité- se prolongará hasta bien entrado el mes de julio o in­cluso agosto".

Asimismo, el Comité de Gestión lamenta "la confusión" y la "imagen distorsionada" de la realidad que se ha vertido desde la presidencia de una entidad que ahora trata de reactivarse tras casi una década de parálisis. En este sentido, el CGC recuerda que Intercitrus tiene carácter nacional y sectorial, que estatutariamente debe integrar y representar a todos los eslabones de la cadena, que su pre­sidencia es rotatoria y anual y que ahora coyunturalmente ha recaído en el colegio productor, a cargo concretamente del re­pre­sentante de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA)-. El CGC, además, es miembro de pleno derecho de tal interprofesional en la rama del comercio/industria y único integrante del colegio del comercio privado.

Cifras oficiales

El análisis realizado por la asociación de exportadores evidencia lo infundado del pronóstico dado por el actual pre­sidente de Intercitrus. Considerando sólo las cifras oficiales mensuales mínimas comercializadas al ex­tranjero de marzo a agosto de las últimas cinco temporadas, en el momento presente al sector citrícola español le quedarían aún por exportar en la presente campaña 2017/2018, al menos, 1.047.000 Tm de cítricos. De tal cantidad, 604.000 Tm co­­rresponderían a naranjas y 140.000 Tm al grupo de las mandarinas tardías (Nadorcott, Tango, Orri, Ortanique....).

Pero a estas cantidades cabría añadir la producción que tendrá por destino el mercado do­méstico que -otra vez basándose en los históricos oficiales de las últimas cinco campañas sobre el con­sumo en los hogares y el de la hos­te­lería y res­tau­ra­ción- el CGC calcula que sumará otra cifra no inferior a las 706.000 Tm de cítricos en el periodo analizado (marzo-agosto). En tercera instancia y hasta llegar a las 2,2 millones de Tm globales estimadas, cabría con­si­­derar el volumen de la cosecha que será adquirida por la industria transformadora de zumos que, igualmente, se ha estimado en no menos de 420.000 Tm (362.000 Tm de naranja y 58.000 Tm de limón).

Cifras que se sitúan, como se puede apreciar, a gran distancia de las aportadas por el recientemente designado nuevo presidente de Intercitrus, que en la citada entrevista desglosó -sin mayor base empírica ni fundamento- que en el momento presente "quedarán en el árbol unas 300.000 Tm de naranjas y 250.000 Tm de mandarinas".

Evolución de Egipto

Las declaraciones de Cervera, con la campaña en plena efervescencia, son -a juicio del CGC- especialmente "ino­portunas" y se producen, en un momento "en el que la competencia con países terceros medite­rrá­neos, con una ofer­ta generalmente de peor calidad y más barata, se ha recrudecido". Especial capítulo merecería el caso concreto -fun­­damentalmente en el mercado de naranjas- de Egipto, cuya competitividad se ha disparado artificialmente des­de que en noviembre de 2016 sus autoridades decidieron dejar fluctuar su moneda. Desde entonces, que la libra egipcia se ha depreciado frente al euro y al dólar más de un 100% en ambos casos, lo que está disparando sus ventas en los mercados internacionales y agravando la competencia desleal que -por la disparidad de costes sociales y medioam­bien­tales- ya se venía dando en los últimos años.