La startup valenciana de joyas Singularu prepara el despliegue de noventa puntos físicos de venta tras los buenos resultados que ha conseguido con la primera tienda que abrió a finales de septiembre en la calle Conde Salvatierra frente al Mercado Colón. La compañía, que hasta septiembre solo comercializaba por internet, ha cerrado 2017 con cerca de tres millones de euros de facturación y ya vende 10.000 piezas al mes. La firma prepara la apertura en abril de su segunda tienda en el centro comercial Aqua y busca locales en Madrid para su desembarco en la capital de España.
La empresa emergente (nacida en la incubadora Demium y acelerada en Conector y Lanzadera) sigue así los pasos de la marca de gafas de sol Hawkers y otras grandes empresas de venta electrónica que están apostando por el comercio tradicional como refuerzo del canal de internet.
Paco Tormo (CEO de Singularu y fundador de la compañía junto a Cristina Aristoy) explicó que buscan desplegar una red de tiendas propias, puntos de venta efímeros ( pop up store), franquicias y corners en grandes almacenes una vez validada la distribución offline. «La tienda de Conde Salvatierra tiene cuarenta metros cuadrados y nos está dando muy buenos resultados. La de Aqua es de 60 metros cuadrados y tenemos la suerte de estar enfrente de Zara. En Madrid nuestro perfil de cliente encaja en el de la zona de Fuencarral y Gran Vía, que es donde también ha abierto Hawkers», señaló Tormo.
El director de la compañía precisó que buscan tener seis puntos de venta antes de que acabe 2018, aunque no todos serán tiendas a pie de calle. El objetivo a medio plazo es disponer de noventa puntos de venta y facturar veinte millones de euros en 2020.
Venta en internet
La compañía comercializa sus productos a través de la web en España, Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña. Los responsables de Singularu preparan el lanzamiento en internet de «una tienda global para comprar desde cualquier parte del mundo y que operará en dólares». «Estamos en un crecimiento continuo», aseguró Paco Tormo.
El responsable de la compañía destacó que esperan crecer con fuerza en el extranjero. «Todavía estamos validando el modelo. Para entrar en países como Alemania tienes que desarrollar primero toda la infraestructura», apuntó.
La empresa, que cuenta con 17 trabajadores, tiene sus oficinas en Conde Salvatierra y produce las joyas en cuatro fábricas. La diseñadora de las joyas es Cristina Aristoy, que recibió formación de Rosa Tous en Barcelona. «Cristina Aristoy es el alma de la empresa. A su alrededor trabajamos todos. El desarrollo del producto es clave y ella toma las decisiones de lo que hacemos. Este mes hemos lanzado 14 modelos nuevos y el próximo mes serán 25», añadió. El objetivo de la compañía es multiplicar cada año por 2,5 su crecimiento.
