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Entrevista

Rafa Climent: "Me preocupa que se esté generando una nueva burbuja inmobiliaria"

«En la vida había sido posible que el pequeño y el gran comercio se pusieran de acuerdo»

Rafa Climent: "Me preocupa que se esté generando una nueva burbuja inmobiliaria"

Tras mucho pelear logró usted un pacto sobre los horarios comerciales, ¿ha valido la pena el desgaste de abrir este melón para lo que se ha logrado? Lo digo porque al final se podrá abrir 38 festivos en València y Alicante.

No, no fue una cuestión de abrir un melón, era una cuestión de intentar cerrarlo. Usted sabe que desde 2013 venimos de un conflicto continuado en todo el sector y que, por culpa de eso, no se ha hablado absolutamente de nada más. Si ha habido subvenciones para el pequeño comercio o para los autónomos, nadie se ha enterado porque los horarios han centrado todo el debate. Cuando empezamos a gobernar ya dije que la única forma de arreglar el problema era el diálogo y el consenso y estoy muy contento porque lo que ha ocurrido ha sido histórico. En la vida había sido posible que el pequeño y el gran comercio se pusieran de acuerdo cuando sus intereses habían estado siempre en las antípodas. Y en este acuerdo también han estado los consumidores, las Cámaras, los sindicatos...

Bueno, los sindicatos se abstuvieron?

Sí, también los sindicatos, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y, por tanto, era el acuerdo posible aunque alguien pueda distorsionarlo.

Pero, más allá de que es el acuerdo posible, ¿es un buen resultado? ¿Contribuirá a crear empleo, por ejemplo?

Creo que lo que hemos logrado es que no se pierdan empleos y que los trabajadores puedan trabajar menos festivos. Si estuviéramos hablando de un convenio colectivo, probablemente sería uno de los mejores convenios colectivos que se han hecho en el comercio desde hace muchísimos años. Porque de tener la obligación de trabajar 24 festivos pasas a trabajar 13 ó 14. De cara a la conciliación familiar, yo diría que es un excelente acuerdo. Y, además, está pensado en un periodo en el que la eficiencia de la venta puede ser la mayor.

¿No cree que limitar las aperturas de las tiendas físicas supone favorecer a los grandes del comercio electrónico?

No tiene por qué. Habrá seis días más a la semana que estará abierto. Cuando hablamos de festivos parece que es que cerraran el resto de la semana y tenemos lunes, martes, miércoles... Seis días para comprar. Al final, es cuestión de hábitos y los hábitos de las personas pueden variar y creo que será mejor para la economía en su conjunto. Porque los domingos podremos ir al cine, al teatro, podremos ir a hacer mil cosas en familia o individualmente. Podremos visitar museos con más tranquilidad, en definitiva, podemos dar dinamismo a otros espacios económicos como el ámbito creativo, el de la cultura.

Hablando de nuevos hábitos, ¿qué opinión tiene de estas nuevas empresas como Glovo o Deliveroo, que tienen a sus repartidores como autónomos?

Estoy a favor de la economía colaborativa como tal, pero se debe regular y que cumplan la legalidad. El problema que veo ahí es el tema de los falsos autónomos, toda esa gente que se tiene que hacer autónomo para poder trabajar. Eso sí que me preocupa, porque es ilegal. Tendremos que trabajarlo.

Más allá de la situación de estas empresas, está claro que la precariedad y la expansión del empleo involuntario a tiempo parcial son los dos grandes problemas del mercado laboral. ¿Cómo van a atajarlo?

Lo más importante en este ámbito es cambiar la reforma laboral y eso no es una competencia nuestra. Lo que tenemos que hacer es trabajar desde el Parlamento y reivindicar ese cambio de modelo laboral. Ésa es la primera tarea que debemos hacer y ojalá tuviéramos posibilidades de cambiarla. Y, después, hay una cosa que es muy clara: el Servef no da trabajo, quien debe dar trabajo es el empresario. Y nosotros estamos trabajando para que haya una ocupación, con el tiempo, estable y de calidad. Y cuando digo que estamos trabajando me refiero a que estamos trabajando a medio y largo plazo en políticas de reindustrialización del territorio, inversión en innovación, estamos apostando mucho por la internacionalización y por la transformación del modelo energético. Y volcamos en estos cuatro puntos todo el dinero que podemos.

¿Se plantean ayudas directas para fomentar la contratación indefinida, como había en otras épocas?

Ya las hay, son cuatro millones. El problema es que no nos las piden. Hemos gastado en 2017 sólo 300.000 ó 400.000 euros de esos cuatro millones y son ayudas que, para la gente con diversidad funcional y mujeres, llegan a los 9.000 euros/año y para el resto, 7.000.

¿Y por qué no se piden? Tendrán que estudiarlo, ¿no?

Claro que sí, y estamos haciéndolo. Probablemente sea por la desafección que el empresariado tenía con el Servef. Por eso estamos intentando darle la vuelta al Servef como un calcetín.

Una de las ideas en la que más insistieron cuando llegaron a la Generalitat fue la necesidad de cambiar el modelo económico, pero lo que sigue tirando es el turismo y la hostelería.

En Industria hemos crecido un 11,4% y hemos llegado a 337.000 personas ocupadas en toda la autonomía. De cada dos puestos de trabajo que se han generado en la industria en el territorio español, uno ha sido aquí, en la Comunitat. Creo que son cifras para enmarcar. Estamos ya cerca de que el 20% del PIB lo aporte la industria y vamos a seguir trabajando porque la apuesta por este sector es evidente.

Es decir, que, bajo su punto de vista, sí se está produciendo ese cambio de modelo.

Nosotros siempre dijimos que el cambio de modelo también tiene que tener las luces largas. El modelo económico de un territorio no se cambia de hoy para mañana. Ya dije -y en el PP siempre que pueden, me lo echan en cara- que lo normal son entre 20 y 30 años. Y para eso hay una cuestión fundamental que es transformar el modelo educativo y también lo estamos trabajando.

¿Qué están haciendo ustedes para fomentar esa economía?

Estamos sacando ayudas a la industrialización. Hay 17,5 millones para 10 sectores. Además, otros 23 millones sólo este año para la mejora de servicios en los polígonos industriales, para que tengan cosas tan básicas como la fibra óptica. Ya hicimos nueve comarcas en 2017 y ahora para 2018 y 2019, con carácter bianual, vamos a ir al resto del territorio.

Y, en este contexto, ¿cómo ve el resurgir de la construcción?

Por un lado, lo veo bien, porque genera economía, pero también lo veo con preocupación, porque lo que no nos puede pasar de ninguna manera es lo que ya pasó. Me preocupa que se disparen los precios a máximos y que se genere otra burbuja. Y me preocupa, especialmente, el hecho de que los precios de los alquileres crezcan tanto. Cuando el alquiler se encarece provoca el efecto de que muchos piensen que pueden ganar dinero con eso y van al banco a pedir dinero para invertir y volvemos a lo de antes. Tenemos que ir con mucho cuidado.

Primero se marchó María José Mira y el pasado noviembre lo hizo Diego Maciá, ¿por qué ha sido más complicado el mestizaje en su conselleria?

No ha sido complicado. Diego Maciá tomó una decisión personal y no hay que darle más vueltas. Y María José Mira fue una cuestión remodelación de gobierno.

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