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Red de tensión

Iberdrola descarta por el coste elevar la tensión de la red a los 30 KV que ya tiene el País Vasco

La compañía ve inviable repotenciar toda la red valenciana pero el Consell busca cambios en algunas concentraciones industriales

Vicente Lafuente, presidente de la organización sectorial Confeindustria. f. bustamante

La compañía de distribución eléctrica Iberdrola no ve con buenos ojos la petición que le ha lanzado la Generalitat, encaminada a elevar la potencia de la red de tensión de 20 a 30 kilovoltios en la autonomía para rebajar la factura de los sectores más sensibles a los costes energéticos.

Según ha sabido este diario, Iberdrola ha respondido a la Conselleria de Economía que el elevado coste de sustituir toda la red de la C. Valenciana para repotenciar a 30 KV -como sí tiene por el ejemplo el País Vasco- hace inviable este proyecto.

El posicionamiento de la compañía llega tras las gestiones iniciadas hace unos meses por la secretaria autonómica de Economía, Blanca Marín, responsable de la política industrial del Consell.

Según las cifras que maneja la administración, las empresas valencianas con un consumo intensivo sufren un sobrecoste en su acceso a la red, ya que al disponer por lo general de media tensión (20 KV), no se benefician de los ahorros en el peaje de acceso a la red de los que sí goza, por ejemplo, la industria vasca, donde la tensión de la red es de 30 KV.

Para el cliente industrial, cuanto menor es la tensión de la red mayor es el coste. En el consumidor con acceso a un intervalo entre 30 y 36 KV -el que disfruta el País Vasco-, el peaje de acceso por uso de la red es en torno a un 20% más barato. El peaje es la parte de la factura que regula el Estado y no está sujeta al mercado.

A este beneficio podría sumarse otro. El Gobierno pactó el pasado año con el PNV la eliminación del peaje a las empresas enganchadas a líneas de 30 KV, una medida que dentro de España iba a beneficiar básicamente a la industria vasca. Era una contrapartida al apoyo de los nacionalistas a los presupuestos.

En este contexto, pese a la primera negativa de Iberdrola, la conselleria está centrándose en el análisis en las zonas donde haya consumidores industriales interesados y concentrados territorialmente. Es decir, en clústers como el cerámico y otros de gran consumo energético.

De hecho, en las últimas semanas la conselleria está manteniendo contactos con las organizaciones sectoriales para recoger información sobre su disposición a asumir o no las inversiones que tendrían que hacer en sus instalaciones para pasar a 30 kilovoltios. Y es que según señala Iberdrola en su respuesta, por lo general los consumidores industriales no han mostrado interés por conectarse a tensiones superiores a 20 KV.

Sin embargo, sectores como el cerámico o polígonos como Fuente del Jarro sí son partidarios de la medida. Por otro lado, empresas como la cementera Cemex, sin entrar a valorar la medida, reclaman: «Cualquier iniciativa que permita reducir el peso de los costes energéticos es muy bienvenida. Es lo que nos va a permitir ser más competitivos. Nuestra factura nos resta competitividad frente a otros países, y para la exportación sería muy bueno», señalan.

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