Tras más de un año de trabajo desde que anunciara su intención de convertirse en la nueva patronal de la Comunitat, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana celebrará el próximo jueves la asamblea electoral en la que consolidará su nueva estructura autonómica. Lo hará mediante la configuración de sus nuevos Consejos Empresariales, con los que pretende sustituir a las antiguas patronales provinciales, que cesaron su actividad por quiebra.

El presidente de la patronal valenciana, Salvador Navarro, ha recorrido de arriba a abajo la geografía valenciana para captar asociados en Alicante y Castelló para que avalen su nueva dimensión autonómica. Los contactos con asociaciones y empresas que antes se encontraban vinculadas a las patronales alicantina, Coepa, y castellonense, CEC, ya han comenzado con la intención de consolidar «un proyecto de Comunitat», explica hoy Navarro en una entrevista a Información, del mismo grupo editorial Levante-EMV, en el que lo que se pretende es «dar voz a los problemas» de todas las provincias.

Sobre el papel de los nuevos Consejos Empresariales que se constituirán el próximo jueves, el presidente de la patronal señaló que estos «no dejan de ser una junta directiva y serán las que se posicionen en los temas que afecten a Alicante y Castelló y también en los de Comunitat, vía junta directiva de la autonómica». Y además advierte que estos consejos «tendrán total independencia para decidir».

«Justicia» salarial

La subida de los salarios es uno de los temas controvertidos sobre el que Navarro no ha dudado en pronunciarse. En su opinión, una mejora de los sueldos «estimularía la economía». De hecho la CEV fue una de agrupaciones que apoyó la propuesta de la CEOE de subir el salario mínimo.

Sin embargo, según los datos oficiales, estos aumentos de las nóminas no llegan o son muy bajos. Pese a ello, Navarro defiende que los empresarios «sí están aumentando los salarios», aunque el dato global sea bajo. «Soy partidario de subidas, es el momento, aunque también es verdad que hay un 42 % de empresas que siguen en pérdidas, pero estoy seguro de que las compañías que ya ganan dinero están trasladando también esa parte». Además, apostilla que la mejora de las retribuciones «es sana y, sobre todo, desde el punto de vista empresarial, además, es justo».

Pero Navarro no tiene problemas en hablar sobre otros asuntos que preocupan a los trabajadores valencianos. Tilda de «lacras» a la precariedad y el fraude laboral y fiscal, y considera que la herramienta para combatir ambas es la «concertación social». Para ello señala que los acuerdos entre sindicatos y la patronal nacional «son importantes».

Sobre la controvertida reforma laboral, Navarro defiende que su aplicación «ha venido bien porque ha permitido ajustar la plantilla en función de la caída de ingresos». Aunque matiza que «la crisis no acabará mientras haya paro y precariedad laboral» y muestra su implicación para «cerrar la brecha social que se ha creado».

A la espera de Montoro

El pasado mes de noviembre, miles de personas invadieron las calles de València para exigir una financiación autonómica más justa. La presencia de la CEV en esta marcha generó tensiones entre los empresarios y el Partido Popular, quien no participó en las reclamaciones y criticó la postura de la confederación. «No, no me arrepiento, lo volvería a repetir», asegura Navarro, «porque como empresarios y parte de la sociedad civil tenemos la obligación de defender los intereses de la Comunitat Valenciana en su conjunto», añade.

En su opinión «se debe seguir trabajando» y lamenta que «aún estoy esperando» la reunión que solicitaron en septiembre al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Pese al silencio ministerial, desde la CEV se mueven para poner solución a la infrafinanciación y ya están organizando encuentros con patronales y sindicatos de otras autonomías.

Para Navarro, la escasez de inversiones en la Comunitat tiene que ver con la aplicación de una táctica errónea, «debemos empezar a movernos en una estrategia menos explosiva. No podemos plantear un gran acto, una gran manifestación y ya».

Con respecto a la gestión del Consell, Navarro reconoce un papel importante de este en «el cambio de la imagen reputacional de la Comunitat». «Hace años, cuando íbamos a CEOE nos mostrábamos encogidos porque era como si fueras corrupto por el simple hecho de ser valenciano. Este Consell ha cambiado esa mala imagen», explica.

Sin embargo, no todo son loas para el Gobierno de Ximo Puig. La mayor carga ideológica en la gestión y el «miedo que esta Administración tiene a la empresa privada» empaña en cierta forma la gestión valenciana. «Este gobierno, por ejemplo, que no llega a final de año porque los presupuestos no los tiene con superávit, no quiere descargar más en la colaboración público-privada. Lo hemos dicho siempre, con control, con seguimiento, con evaluación y transparencia lo público no tiene nada que temer a lo privado», dice Navarro.

Sobre la inquietud expresada recientemente por el conseller de Economía, Rafael Climent, sobre la formación de un nuevo «boom» de la construcción, el representante de los empresarios lo tiene claro: «es precipitado hablar ya de nueva burbuja inmobiliaria. Siendo todos comedidos, y creo que bancos y ciudadanos hemos aprendido, hablar de burbuja me parece excesivo», apunta.