La oleada de grandes operaciones corporativas que se ha vivido durante todo 2017 tiene su reflejo en las estadísticas. La C. Valenciana ha cerrado un año histórico en lo que a inversión productiva extranjera se refiere, con 1.158 millones, siete veces más que el año anterior.
El de 2017 supone, en realidad, el mejor registro de la última década, solo superado por los 1.741 millones de 2007. Además, desde que el Ministerio de Economía lleva el control de la inversión, hace 25 años, solo en otro ejercicio la C. Valenciana recibió más capital extranjero: el año 2001 con 2.771 millones.
En el contexto español, la C. Valenciana recupera presencia tras unos años de franca depresión en la inversión extranjera, una magnitud que casi siempre ha ido ligada a las mejoras de multinacionales como Ford. Con el récord del pasado año, la autonomía se sitúa en cuarta posición, por detrás de Madrid (14.520), Cataluña (3.093) y el País Vasco (2.616). La C. Valenciana escala de la novena a la cuarta posición, al ser la que más crece con una mejora del 582%.
En Cataluña, por ejemplo, la inversión ha retrocedido de forma considerable, coincidiendo con la inestabilidad política y económica por el desafío secesionista. Ha caído un 40% hasta los 3.093 millones. En el conjunto español, la inversión productiva también se ha resentido, con una caída del 7,2% hasta los 23.758 millones.
Luxemburgo, principal inversor
Por sectores, los datos del Ministerio de Economía sitúan el sector metalúrgico como responsable de 454 millones de esta inversión; 218 millones procedieron del sector seguros de vida; 205,2 millones, de actividades de medicina especializada; 37 millones de construcción de edificios, y 30 de fabricación de productos de caucho o plástico. Sobre los países, Luxemburgo acapara 494 millones; 259 son de Reino Unido y 209, de Estados Unidos.
En cuanto a las operaciones, el sector cerámico ha sido la estrella de 2017. El clúster concentrado en Castelló ha protagonizado operaciones históricas, como la compra de Keraben por parte del gigante británico Victoria; la adquisición de Esmalglass Fritta por parte de Lone Star en una operación que se cifró en 600 millones; la entrada de la americana Ferro en Endeka, otra empresa de esmaltes, por 64 millones o la compra de Megacolor por parte de la turca Akkök Holding.
En València ha sido destacada la compra de la conocida Químicas Oro por parte del player francés Altaïr. El químico es, en realidad, uno de los sectores que más miradas están captando. La firma líder en tratamientos postcosecha Tecnidex también ha vendido un 75% a la americana AgroFresh, y el japonés de alimentación Ajinomoto se hizo hace unos meses con la firma de fertilizantes del grupo familiar Dadelos.
