El incremento de la producción de las energías renovables por los temporales de lluvia y viento de marzo ha desplomado un 19,7 % el precio del recibo de la luz. La producción de energía eólica se disparó un 87 % el mes pasado y la de hidráulica un 64,5 %, según recoge un informe del grupo Ase. El coste en el mercado mayorista (conocido como pool) se redujo un 26 %, pero el impacto es menor en el recibo que pagan los consumidores porque se ha producido un incremento de los sobrecostes del sistema (como el de interrumpibilidad) del 30,15 %. La previsible mejora de las temperaturas, la recuperación hídrica y la reactivación de la central nuclear de Vandellós II implican que la luz volverá a bajar en abril.

La situación es diametralmente opuesta a la de marzo de 2017. Hace un año, el precio de la luz acusaba las consecuencias de la sequía con una producción hidráulica baja y cara. Además, el buen tiempo repercutió en una escasa producción eólica y el precio del gas (que se utiliza para producir energía cuando caen las renovables) era elevado. Este mes de marzo, el pool cerró con un precio medio de 40,18 euros por megavatio hora (MWh), un 26,7 % por debajo de febrero y un 6,9 % más barato que hace un año.

Las numerosas borrascas que han atravesado la península las últimas semanas han incrementado las reservas de los embalses, que se sitúan un 21 % por encima del año pasado (están en un 93 % de la media de los últimos diez años). Este aumento impactó positivamente en el precio del pool, que no cayó más por el aumento de la demanda eléctrica (un 4,8 % debido a las bajas temperaturas), por el incremento de las exportaciones a Francia, por la parada de la central nuclear de Vandellós II (que redujo la generación del parque nuclear un 15 %) y por las subidas de los sobrecostes del sistema.

El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35 % sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40 % corresponde a los peajes y cerca del 25 % restante al IVA y al impuesto de la electricidad.

El vuelco del mix energético por el aumento de las renovables ha conllevado que el uso de carbón para producir energía se haya reducido un 65 % y el de gas un 38,6 %. En total, las fuentes fósiles solo representaron un 11 % del mix, muy por debajo de las cifras de enero y febrero cuando representaron una media del 25 %. Las tecnologías que no emiten CO2 acapararon el 77,7% del mix eléctrico, lideradas por la eólica (33,3 %) y seguidas por la hidroeléctrica (20,1 %) y la nuclear (19,3 %).