El astillero, en otros tiempos especializado en fabricar grandes buques de pasajeros y metaneros, así como de remolcadores, echó el cierre a finales de 2012 debido a la dura competencia de firmas asiáticas y sobre todo por el recorte de ayudas fiscales de la Unión Europea. Boluda ha podido continuar la concesión al mantener una tímida actividad en estas instalaciones, que alberga edificio de oficinas y almacenes.