El exceso de oferta, la necesaria búsqueda de rentabilidad y la imparable expansión de los medios tecnológicos están provocando un creciente e inexorable cierre de oficinas bancarias. Los municipios menos poblados y, por tanto, con menos clientela están siendo las mayores víctimas. Singularmente, los que se encuentran en la Comunitat Valenciana. Un estudio del director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos, ha puesto de manifiesto que 231 localidades de la autonomía -42 alicantinas, 88 castellonenses y 101 valencianas-no tenían ninguna oficina bancaria en su término municipal en 2016. Se trata de un 42,6 % de los 542 municipios existentes en la zona.

La comparativa con 2015 es impactante: en ese ejercicio, el número de pueblos sin sucursal de entidad financiera en la Comunitat Valenciana era de 164, lo que implica que en solo un ejercicio se ha registrado un incremento de 67. Es un 40 % más. Se trata de una cifra equivalente al 12,3 % del total de poblaciones de la autonomía. No obstante, en términos porcentuales, los valencianos afectados por el repliegue de bancos, cajas y cooperativas es menor, ya que los 120.059 ciudadanos perjudicados equivalen al 2,3 % del total en la autonomía. Sin embargo, el número de los mismos ha aumentado de forma significativa desde el inicio de la crisis, en 2008. Lo ha hecho en un 368 %, mientras que el de municipios se ha quedado en el 128 %. En ambos casos, el dato de la Comunitat Valenciana es el más elevado de todas las autonomías y está muy por encima del 34 % y el 15 % de la media española.

La mayoría de las nuevas poblaciones sin servicio bancario tiene menos de mil habitantes, pero dos decenas de ellas están por encima y algunas, como Serra, superan los tres mil o los dos mil, como Real de Gandia, Favara o Càlig. A las localidades sin establecimientos financieros hay que sumar aquellas que ya ponen sus barbas a remojar. Son las que tienen oficinas de un único tipo de entidad de depósito. En la Comunitat Valenciana hay 22 pueblos con sucursal solo de caja de ahorros, 32 solo de cooperativas de crédito y 26 de bancos.

El también catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València explicó a este diario que las entidades financieras están necesitadas de ganar eficiencia, así que esta dinámica de cierre de sucursales va a continuar en los próximos años, sobre todo si tenemos en cuenta la pequeña dimensión de las oficinas en España (6,5 trabajadores de media) respecto del resto de Europa (14,5) o el hecho de que el país se mantiene como uno de los que tienen mayor densidad de red. En realidad, el cierre de oficinas ha sido de una gran magnitud en la etapa de la crisis, cuando se produjo la reestructuración financiera. El número de establecimientos ha bajado en un 45 % en Alicante (hasta 963 en 2017), en un 52 % en Castelló (329) y en un 46 % en València (1.432).