El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, reiteró ayer en su primera junta de accionistas en Alicante tras el traslado de la sede social en octubre que la decisión fue «acertada» y sostuvo que se tomó en el momento oportuno. «La decisión se ha demostrado acertada y fue tomada en el momento oportuno con firmeza y unanimidad por parte del consejo y con ejecución impecable por parte de todo el equipo directivo», manifestó Oliu en su intervención al inicio de la junta.

El banquero repitió que el cambio de domicilio social fue una decisión «motivada, basada en hechos y datos objetivos, al margen de cualquier otra consideración», que se adoptó en un contexto político complejo, ante la necesidad de garantizar el entorno de certidumbre institucional y seguridad jurídica que es requisito imprescindible para desarrollar la actividad del banco.

Oliu afirmó que la entidad «no tiene ni tendrá una posición política» y defendió la toma de decisiones «adecuadas» cuando se producen cuestiones políticas ajenas, como por ejemplo el cambio de la sede social a Alicante tras el referéndum ilegal del 1-O. La supuesta vinculación del Sabadell a los partidos políticos fue una de las cuestiones que le plantearon los accionistas en la junta. El presidente del Sabadell respondió así al ser acusado de vincularse con el presidente de Ciudadanos Albert Rivera.

Por otro lado, el banquero repasó que la economía española, «a pesar de la situación política catalana», ha mantenido una importante fortaleza de base, volviendo a destacar en positivo dentro de la zona euro.

Dividendo

Oliu afirmó que los resultados del banco de 2017 lo han situado en una «muy buena situación» para afrontar el plan de negocio trienal que ha empezado este año con el horizonte en 2020. La junta de ayer también aprobó la distribución de un dividendo bruto de 0,07 euros por acción en efectivo, de los que 0,02 euros fueron abonados en diciembre como dividendo a cuenta y el resto serán abonados el 27 de abril.