Aunque algunas firmas del sector textil y de la confección han logrado renacer de sus cenizas tras sus últimas crisis económicas por la competencia asiática y las deslocalizaciones, otra empresa histórica valenciana, Reig Martí, se va al traste. El juzgado de lo Mercantil número de València acaba de dictar la disolución de la compañía familiar presidida por María Antonia Reig Monzó, que entró en concurso de acreedores durante el ejercicio de 2017.
La decisión adoptada por juez Javier García Miguel, tras el auto de apertura de la fase de liquidación, se produce tras una larga crisis financiera en la textil valenciana especializada en ropa de cama y que en estos últimos años ha llevado a cabo diversos expedientes de regulación de empleo (ERE)
Según su último balance presentado en el Registro Mercantil (2015), Reig Martí logró una facturación de 22,8 millones de euros, lo que supone un 60 % menos que a principios de esta década. Arrastraba un pasivo de 16 millones (11,1 millones era deuda a corto plazo), mientras que las pérdidas se elevaron a 4,9 millones en el citado ejercicio de 2015.
Fundada en 1951, Reig Martí era una de las empresas pioneras del negocio textil hogar en España. Además, participaba en el control de varias entidades: Cogeneración Adzaneta e Hilados y Encolados. Otra de las sociedades participadas por la empresa y que realizaban parte de las labores, Finitextil,también entró en suspensión de pagos en 2014.
En febrero de 2017, después de tres años de deudas acumuladas, con sucesivos impagos de salarios y movilizaciones constantes impulsadas por la sección sindical de CC OO en la sociedad, la dirección presentó un ERE, acompañado de concurso voluntario de acreedores, que afectó al 50 % del personal, entonces formada por 110 trabajadores.
Esplendor en los noventa
Reig Marti, especializada a la fabricación de ropa de hogar y ropa de cama, alcanzo su máximo esplendor en los años 90, encumbrada en una ambiciosa campaña publicitaría -protagonizada por el actor de cine y televisión estadounidense Lorenzo Lamas («el rey de las camas»)- que sitúo la empresa en las máximas cuotas de ocupación, llegando a contar con mas de 250 personas. La deriva de la producción, a terceros países, añadida a la falta de estrategia empresarial, en un sector, y en una comarca azotada por la crisis, y el dumping, llevó a la empresa a una situación, a juicio de CC OO, insostenible.
La empresa fabricante de edredones de raso se suma así al desmantelamiento de otras conocidas mercantiles del textil y de la confección Ferrys, Lois o Colortex, entre otras. Hasta hace un lustro continuaron los expedientes de regulación de empleo y los recortes de salarios en la plantilla en empresas de dicha actividad situadas en las comarcas centrales de la Comunitat Valenciana.
Sea como fuere, el negocio textil ha vuelto a las cifras de crecimiento. Si en 2016 había dejado de caer en términos de facturación, e incluso acumulaba ya dos años de creación de empleo, este pasado 2017 logró cortar también la destrucción de empresas y comenzar a crecer en número de mercantiles. Según datos del Centro de Información Textil y de la Confección, la Comunitat Valenciana cerró 2017 con 1.424 empresas, un 3,3 % más que el año anterior, cortando así una dinámica decreciente desde años atrás. El número de trabajadores ascendía a 23.188, un 1,8 % más.
