El rediseño de Feria València, incluido todo el proceso de asunción de su multimillonaria deuda por parte de la Generalitat, se está dilatando tanto que ha dado pie a los dirigentes políticos a descubrir nuevos modelos de gestión. El último de ellos y ahora principal candidato a convertirse en el definitivo, es el de la Feria de Milán, que comportaría la colocación de una participación minoritaria en Bolsa. El director general de Comercio, Natxo Costa, explicó a este diario que la visita que él mismo y el director general de Feria València, Enrique Soto, realizaron la semana pasada a la ciudad italiana tenía como principal objetivo mantener una conversación con el primer ejecutivo del recinto milanés para conocer el modelo por el que se rige este último.
La reunión fue tan satisfactoria que, a su regreso a València, Costa ha dado instrucciones a su departamento, que es el competente en esta materia, para que analice las posibilidades del ordenamiento jurídico y mercantil español para tratar de reproducir aquí el diseño de la feria lombarda
La institución milanesa, con una facturación de 245 millones de euros y fundada en 1920, tres años después que la valenciana, es una empresa de carácter privado y capital mayoritariamente público que cotiza en los mercados. Su principal propietario, con un 64,2 %, es la Fondazione E.A. Fiera Internazionale de Milano, una entidad propiedad de diversas administraciones públicas. La cámara de comercio tiene otro 6,5 %. En total, el capital público sube al 74,1 %. El 25,9 % restante cotiza en Bolsa. Entre los dueños minoritarios con un porcentaje superior al 2 % se encuentran la obra social de la Banca Intesa (2,4 %) y la Banca Popolare di Milano (2,7 %). Fiera Milano está asociada con otros operadores del sector, por ejemplo con la feria de Hannover, para el desarrollo de su negocio en el exterior.
Este esquema es, en líneas generales, el que Costa cree que podría aplicarse en Feria València, ya que colma las aspiraciones de los socios políticos en el Consell. Como es sabido, Compromís, a la que pertenece el director general de Comercio, es contrario a la privatización de la feria mientras que Hacienda, en manos socialistas, aboga por una minoría de capital público. Costa precisa que se trata de «un modelo que se gestiona como una empresa privada, lo que es fundamental a la hora de realizar los contratos, entre otras cuestiones, y porque no computa como deuda para la Generalitat, pero sería de titularidad pública».
Aunque se trata de una idea embrionaria «que ahora tenemos que estudiar», Costa no oculta la complejidad del nuevo diseño, principalmente por la burocracia que comporta la salida a Bolsa. El modelo por el que abogaba hasta ahora la Generalitat implicaba dar entrada en el accionariado de la futura feria a operadores privados que aportaran negocio. Iba a realizarse un diálogo competitivo con los aspirantes y entonces se determinaría el porcentaje que correspondería al sector público y al privado.
Costa considera que la fórmula milanesa de salir a bolsa permite que, «sin perder la mayoría público ni tener que recurrir a otras opciones como la acción de oro, la entidad puede funcionar como privada». Si finalmente triunfa este modelo -la actual Feria València ya es una asociación participada por Ayuntamiento y Generalitat asimilable a una fundación-, los operadores privados del sector ya no serían necesarios en el capital, aunque pudieran entrar a través de la bolsa, y podrían firmar acuerdos temporales o constituir empresas mixtas con Feria València para desarrollar el negocio.
