La fractura entre las dos hijas del anterior dirigente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, y el sobrino y sucesor de este en la presidencia, Dimas Gimeno, y las cuatro demandas judiciales que han planteado desde octubre los hermanos de Isidoro Álvarez (César y María Antonia, tío y madre de Gimeno) contra sus sobrinas (Marta y Cristina Álvarez), han liberado un enfrentamiento en el seno de la rama de la familia fundadora de El Corte Inglés que se había hecho desde 1989 con la hegemonía en el negocio, la mayor organización europea de grandes almacenes y cuarta del planeta. La presidencia de Gimeno, quien apenas lleva tres años y medio en el cargo, está en cuestión. Sus primas están sumando apoyos en el consejo para forzar su relevo tras haberlo desposeído en octubre de sus poderes ejecutivos.

Las vicisitudes que afectan a la estructura de mando y que cuestionan a la presidencia, llegan cuando la compañía afronta desafíos: el reto del comercio digital, la insuficiente recuperación de las ventas y los resultados tras la crisis económica, la revisión y actualización del modelo de negocio y un endeudamiento (tras la presidencia de Isidoro Álvarez) sin precedentes en una compañía, que bajo el mandato de su fundador y primer propietario (César Rodríguez) y durante la etapa de su sucesor (Ramón Areces) había hecho de la autofinanciación un rasgo distintivo.

El conflicto que vive El Corte Inglés emana de la herencia del tercer presidente, Isidoro Álvarez, quien instituyó a su sobrino, Dimas Gimeno, hijo de su hermana María Antonia, como sucesor en la presidencia del grupo pero sin dotarlo del respaldo accionarial del que sí gozaron los tres dirigentes anteriores. Sin este blindaje, y con una mayor juventud y más corto recorrido en la casa que sus antecesores, la presidencia de Gimeno nació débil en septiembre de 2014. Isidoro Álvarez había transferido en vida sus acciones (el 22,18 % de El Corte Inglés) a la sociedad de cartera IASA, de la que otorgó en herencia más de dos tercios (69 %) a sus hijas adoptivas (Marta y Cristina Álvarez Guil) y el 31 % lo repartió entre sus hermanos y sobrinos.

Las hermanas Álvarez Guil, como hegemónicas que son en IASA, asumen los derechos de voto de esta sociedad (segundo accionista de El Corte Inglés) en los grandes almacenes. En todo caso, su 69 % en IASA representa el 15% indirecto en El Corte Inglés, con lo que ambas suman el mayor porcentaje de propiedad en manos de personas físicas. De lograr el apoyo de la Fundación Ramón Areces (accionista principal, con el 37,39 %), se harían con la mayoría absoluta en la junta de accionistas. A través de IASA, Gimeno solo tiene de forma indirecta el 3% de El Corte Inglés.

Control de la Fundación

Desde la creación de la Fundación Ramón Areces, Gimeno es el primer presidente de los grandes almacenes que no controla la presidencia de esta institución. La lucha por el control de la Fundación fue crucial. De hecho, mientras el nombramiento de Gimeno como presidente de la empresa se produjo a las 48 horas de la muerte de Isidoro Álvarez, la sustitución de éste al frente de la entidad fundacional tardó medio año. Al final se resolvió con un pacto entre las hijas de Isidoro y los directivos más veteranos liderados por Florencio Lasaga. Gimeno acató la decisión. El acuerdo supuso que Lasaga asumiera la presidencia de la Fundación, que las dos hijas de Isidoro se incorporaran al patronato de la institución y al consejo de administración, y que en la Fundación se creara una vicepresidencia para la menor de las hijas de Isidoro, que la convierte en eventual sucesora al frente de la entidad que controla más del 37 % del grupo.

Desde entonces, las hermanas impulsaron desde el patronato y el consejo una operación para restar poder a su primo. El pulso entre los tres alcanzó el punto de no retorno cuando Cristina y Marta, invocando los códigos de buen gobierno, lograron el respaldo del consejo para suprimir los poderes ejecutivos del presidente por vez primera en la historia del grupo, y el nombramiento de dos consejeros delegados: Víctor del Pozo, exdirector de Compras y nuevo ejecutivo al frente del negocio, y Jesús Nuño de la Rosa, exdirector general de Viajes El Corte Inglés y ahora responsable corporativo. Ambos tienen afinidad con las hijas de Isidoro y al menos el segundo siempre tuvo el respaldo de la «vieja guardia». Con estos nombramientos Cristina y Marta sumaron dos apoyos adicionales en el consejo y en el patronato.

A partir de entonces se produjo el aislamiento de Gimeno. César y María Antonia Álvarez plantearon sendas demandas contra sus sobrinas por supuesta merma de capital en IASA de 140 millones antes de que, en ejecución del testamento del anterior presidente, se hubiesen incorporado a la sociedad de cartera los hermanos y sobrinos de Isidoro, lo que habría beneficiado a sus hijas. Además, la madre de Gimeno presentó otras dos demandas contra sus sobrinas, los albaceas de su hermano y un notario por supuesta modificación «in extremis» -y mediante un documento no hológrafo- del testamento de Isidoro Álvarez para reducir de 10 a 5 millones la donación que el expresidente hizo a su hermana. Y otra denuncia más por supuesta administración desleal en IASA.

Durante esta escalada de tensión, las hijas de Isidoro aceleraron los contactos para lograr el respaldo del consejo y destituir Gimeno. No es difícil. En el patronato de la Fundación 7 de los 12 miembros son directivos o exdirectivos del grupo y en el consejo lo son 4 de 10. Si estos se alinean con las que son percibidas como dueñas, las hermanas Álvarez Guil tendrían mayoría absoluta.