De nuevo aflora el fantasma de la inviabilidad del sistema de pensiones. ¿Está buscando negocio la banca o es que el neoliberalismo se rearma?.

Lo que está claro es que el sistema de pensiones no es sostenible. En España no se han hecho los cambios que se han hecho en otros países de nuestro entorno. Primero, para decir la verdad a los ciudadanos y enviar la famosa carta, como prometió el Gobierno, diciéndoles lo que cobrarán cuando se jubilen. No se ha enviado porque no se atreven a decir la verdad y la verdad es que la tasa de sustitución -porcentaje del último salario que se cobra como pensión- está en el 75 % y dentro de 20 años se habrá comido dos terceras partes de eso y estará en el 27 % o 28 %.

La pirámide de la población se ha invertido. La base es más pequeña y crece la parte de arriba, donde están los que reciben las prestaciones. Quien sepa sumar sabe que eso es imposible de sostener. Como se ha utilizado el asunto de las pensiones públicas como arma electoral y cada cuatro días hay elecciones, los gobiernos no se atreven a decir la verdad. Somos el único país que no ha enviado la carta. Los demás países también han hecho cosas para favorecer o bien que se complemente la pensión tratando fiscalmente mejor las aportaciones a planes privados o bien, como en Inglaterra, trasladando una parte del salario a un plan de pensiones.

En los planes de pensiones privados, si no hay un cierto volumen, la rentabilidad es muy pequeña.

La rentabilidad no tiene nada que ver con el volumen. Hay que ver cómo está un fondo invirtiendo el dinero. Si invierte en renta fija a corto plazo no va a tener rentabilidad, si lo hace en la bolsa mundial, sí. No depende de la cantidad que tu ahorras, porque va dentro de un fondo de inversión que es más grande y puede diversificar en todas las bolsas del mundo. Está claro que el mundo siempre crece a largo plazo.