La falta de mano de obra ha elevado en el último año un 15 % los sueldos de la construcción en València y Alicante en pleno auge promotor. El cambio de ciclo ha pillado a contrapié al sector que no encuentra profesionales cualificados para levantar fachadas (caravisteros), paredes (tabiqueros) o montar las instalaciones de fontanería y electricidad. La competencia ha llegado a tal punto que las constructoras se «roban» los trabajadores unas a otras a base de mejoras de salario. Fuentes del sector explicaron ayer que las constructoras contratan a más personal del que necesitan porque «dan por hecho que el 20 % de los trabajadores se les va a ir durante la obra».

Los problemas con la falta de trabajadores comenzaron en Alicante (donde la recuperación del sector arrancó antes) y ya se han extendido a València. Los promotores aseguran que el problema de fondo es que muchos inmigrantes que trabajaban en las obras han vuelto a sus países de origen en los últimos años ante la falta de oportunidades por la crisis y que los autónomos rechazan montar grandes cuadrillas tras su mala experiencia durante el anterior «boom» de la construcción.

Los principales costes de repercusión en la promoción de un edificio son el suelo y los salarios de los trabajadores. Los dos indicadores están subiendo y provocarán el alza del precio de las viviendas. El valor de los solares se ha duplicado en València durante el último año y medio por la entrada de las grandes promotoras respaldadas por fondos que no escatiman en gastos. El coste de repercusión de la mano de obra ha pasado de 600 euros el metro cuadrado a 700 euros en menos de un año.

La espiral alcista se mantendrá en los próximos meses porque va a coincidir el inicio de decenas de promociones. La ciudad de València tiene ochenta promociones listas y esa situación provocará un aumento de la competencia por la mano de obra.

Fuentes del sector inmobiliario explicaron que antes del estallido de la crisis los autónomos formaban grandes cuadrillas. «Un padre y su hijo fontanero montaban equipos para hacer frente a promociones de cuatrocientas viviendas. Con el colapso del sector, este tipo de empresas cayeron en concurso de acreedores por los impagos de las constructoras y ahora no se plantean formar grandes equipos. Optan a promociones de veinte o treinta viviendas, pero no quieren arriesgar», señalaron. La falta de mano de obra es generalizada con todos los oficios. «Las empresas se están rifando a los profesionales. Hay caravisteros que desaparecen al segundo día porque les pagan más en la obra de al lado. Ocurre lo mismo con los soldadores. Es mano de obra imprescindible que no abunda», afirman desde el sector.

La situación está provocando que los más previsores encarguen con mucho adelanto algunos materiales de la obra que necesitan remates previos para que no se pare la construcción. «Hay problemas incluso con los acabados metálicos de las ventanas, que ahora se piden con un plazo anticipado de dos o tres mes por el peligro de colapso. En Alicante ya ha habido problemas», destacaron fuentes de la construcción.

Precio final

El incremento de costes ha provocado que algunas promotoras se hayan «pillado los dedos» con el precio de las promociones. Los promotores venden un 30 % de las viviendas antes de empezar las obras y tienen que respetar el precio que han firmado. «En esos casos, el sobrecoste lo asumen las empresas y va contra su margen de beneficio. La repercusión de los salarios implica que un piso de 140.000 euros acabe constando 150.000 euros. Algunas promotoras van a tener problemas», advierten desde el sector.