El impacto fiscal de Iberdrola en España en 2017 ha alcanzado los 3.257 millones de euros, periodo en el que la compañía ha realizado inversiones por valor de 799 millones de euros y cuenta con 10.296 empleados. Además, según datos del Estudio de Impacto de Iberdrola, realizado por PwC en el ejercicio 2016, la actividad de la compañía generó un total de 85.185 empleos.

De la contribución fiscal total de la empresa en España, 1.761 millones corresponden a tributos recaudados de terceros y 1.496 millones son con cargo a la cuenta de resultados. De estos últimos, cabe resaltar que 783 millones concernieron a tributos medioambientales, 248 millones a tributos locales y 310 millones al Impuesto de Sociedades.

Iberdrola desarrolla su estrategia empresarial con arreglo a una misión, una visión y unos valores que estructuran sus objetivos de creación de valor a largo plazo y de optimización de su impacto económico, social y medioambiental, que constituyen su dividendo social.

Por ello, la compañía presta especial atención al desarrollo de una actividad económica sostenible, a la generación de empleo estable, a la realización de inversiones que respeten el medio ambiente y a la contribución a las finanzas públicas. En relación a este último aspecto, la fiscalidad de Iberdrola está centrada en un alto compromiso con los principios éticos, el buen gobierno corporativo y la transparencia, por lo que ha sido reconocida como la primera empresa en transparencia fiscal del IBEX-35 por la Fundación Compromiso y Transparencia en los años 2017 y 2018.

La estrategia fiscal de Iberdrola se apoya en la aplicación de los principios de la legalidad, de la minimización de riesgos fiscales, la potenciación de una relación fluida con las Administraciones tributarias y el buen gobierno corporativo. Estos principios inspiran la práctica tributaria de la compañía, por la que cumple con todas las obligaciones legales y regulatorias, actuando con integridad en las cuestiones fiscales que le afectan, favoreciendo la transparencia con las diferentes administraciones y colaborando en la detección y búsqueda de soluciones respecto de las prácticas tributarias fraudulentas de las que la compañía tenga conocimiento.

En línea con las obligaciones de la compañía, Iberdrola busca mediante estas prácticas la protección del valor del accionista. Por ello, la empresa no utiliza estructuras artificiales con la única finalidad de reducir carga tributaria, y que no tengan vinculación alguna con la actividad económica, y no transfiere beneficios de forma artificial de unas jurisdicciones a otras con el objeto de minimizar el pago de tributos.

Siguiendo estos principios, cabe destacar que el grupo Iberdrola no tiene sociedades participadas controladas y activas ni residentes en paraísos fiscales. En la actualidad, únicamente participa en una entidad inactiva, ubicada en las Islas Vírgenes Británicas, consecuencia de la integración de la compañía Neoenergía con la filial brasileña Elektro en 2017, y que prevé liquidar en un futuro próximo.