En España el sistema electoral está regido por la Ley D´Hondt. El reparto de escaños se realiza de forma proporcional, siguiendo el sistema establecido por el jurista belga Victor D´Hondt a finales del siglo XIX. De esta manera, los escaños se ordenan de mayor a menor, en una columna, las cifras de votos obtenidos por cada candidatura, desestimando aquellas que no lleguen al 3%.

A continuación, se divide el número de votos emitido por cada candidatura por 1, 2, 3 y así sucesivamente hasta el número igual al de escaños correspondientes a esa circunscripción. Los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores en el cuadro, atendiendo a un orden decreciente.

Cuando en la relación de cocientes coincidan dos correspondientes a distintas candidaturas, el escaño se atribuirá a la que mayor número total de votos hubiese obtenido. Si hubiera dos candidaturas con igual número total de votos, el primer empate se resolverá por sorteo y los sucesivos de forma alternativa.

Los escaños se reparten del mismo modo en todas las circunscripciones, y los 350 parlamentarios elegidos conforman el Congreso de los Diputados de la nueva legislatura.

Sistema electoral español

El sistema electoral español cuenta con un régimen general, vigente para todo el Estado, y leyes electorales autonómicas que regulan la celebración de comicios en cada una de las 17 Comunidades Autónomas, además de leyes electorales para las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

La Constitución indica que el Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 diputados. La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), aprobada en el año 1985 y modificada en 2011, fija ese número en 350 escaños. Para determinar los 350 diputados del Congreso se establece una división territorial en 52 circunscripciones: las 50 provincias españolas más Ceuta y Melilla.

Cada circunscripción tiene asignado un determinado número de diputados: uno en Ceuta, uno en Melilla y un mínimo de dos por provincia. Esto supone un total de 102 escaños. Los 248 restantes se reparten de manera proporcional a la población. Así, en las generales de 2011, la provincia de Madrid eligió a 36 diputados y la de Barcelona a 31, mientras que la de Soria sólo al mínimo establecido de 2.

Finalizado el recuento de votos en las urnas, los escaños en el Congreso se reparten entre las diferentes formaciones políticas que han obtenido más del 3% de los sufragios en la circunscripción.