Si tras el 24M los números le salen a la izquierda, luego vendrá una dura negociación para conformar gobierno. Una pugna que se antoja complicada. Ayer, la candidata de Compromís a la presidencia de la Generalitat, Mònica Oltra, auguró que el próximo Consell será «del color del arco iris», estará formado por fuerza políticas «que estén realmente en el cambio y en el discurso emancipador», y habrá políticas a largo plazo, pensando en el futuro y no en ganar las próximas elecciones, y en el corto plazo abordará las emergencias social y democrática. ¿Y en ese Ejecutivo estará el PSPV?, se le preguntó. Y señaló que «no es el quién, es el qué», para añadir: «Todo va a depender de qué políticas pretendan hacer los socialistas».

La próxima legislatura será la del «diálogo absoluto», destacó Oltra en una entrevista a Efe, y afirmó que si no es posible el entendimiento entre varios partidos para pactar es que éstos «no merecen estar en el gobierno». Eso sí, se mostró convencida de que será posible el entendimiento si hay que pactar entre varios partidos: «Seríamos unos irresponsables si no lo hiciéramos». La candidata de Compromís afirmó que «estaría bien» que una mujer presidiera la Generalitat, ya que las mujeres aportan «otro punto de vista absolutamente imprescindible» a la política.

Mientras Oltra ponía puertas a la entrada del PSPV en su Consell, el candidato socialista, Ximo Puig, lanzaba desde Castelló un guiño a Ciudadanos. Así, inquirido sobre posibles pactos postelectorales con otras formaciones como Ciudadanos, indicó que «no hay que satanizar a nadie». El líder del PSPV aseguró que su partido hablará «con cualquier grupo político que quiera trabajar por esta comunidad». No obstante, dejó claro que «en estos momentos lo que voy a intentar es que el Partido Socialista sea la fuerza mayoritaria, porque es lo que le conviene a la Comunitat en un momento de crisis tan profunda». Abogó por un «gran cambio» en la C. Valenciana ya que es necesario, dijo, «hacer frente a una situación de desprestigio de la Comunitat y a una hipoteca moral enorme que estos días estamos viendo con el caso Rus, que es la gota que colma el vaso».

Ante las palabras de Oltra sobre la dificultad para pactar, el popular Alfredo Castelló mostró su alarma. A su juicio, «poco más se puede añadir ante un reconocimiento tan explícito de incapacidad para formar un gobierno estable en la Comunitat Valenciana».