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A contracampaña

Pijos de marca

Los partidos políticos no son marcas», le afeó la candidata de UPyD a la líder valenciana de Ciudadanos durante el debate a siete organizado anteanoche por esta casa. Sin embargo, por lo visto allí, Alicia Andújar se equivoca. Sí, son marcas. Con más poder de marca que nunca. Donde pesa más el atractivo del logo representado que el tirón del candidato o la solidez del ideario. Una prueba lo constata: ¿Alguien cree que cambiando de partido a los actuales candidatos a la Generalitat mantendrían sus expectativas demoscópicas para alcanzar el Palau? Porque algunos de los aspirantes parecen ciertamente intercambiables. Un ejercicio inocente de política-ficción:

¿Sería Mònica Oltra una buena candidata de Podemos? Sin duda, y quizá lograría más escaños que en Compromís diciendo lo mismo.

Ignacio Blanco, que ahora sufre por alcanzar las Corts y no quedar por debajo del 5 %, ¿no sacaría con su mismo discurso y sus formas un gran resultado si estuviera al frente de Compromís?

Y Antonio Montiel, que parece pescar a manos llenas los votos de la noche a la mañana con su discurso al frente de Podemos, ¿no se estrellaría como puede hacerlo Ximo Puig si repitiera el mismo discurso pero al frente de un renovado PSPV?

Ahora cambiemos de bando. Carolina Punset, que va como un tiro al frente de Ciudadanos según deslizan los trackings de estos días, ¿tendría un resultado tan brillante si estuviera en el puesto de Alicia Andújar y encabezara la candidatura de UPyD con el mismo discurso que ofrece, que no distan tanto? Sin duda que no. Y al revés: Alicia Andújar, que será la enterradora sin culpa de UPyD (siglas: Usted en Paz Descanse), ¿no podría ser la todopoderosa lideresa valenciana si estuviera al frente de Ciudadanos, repitiendo lo mismo que propone y defiende desde la formación magenta?

Cierto es que a Alberto Fabra resulta difícil hallarle otro acomodo; como candidato tiene sus limitaciones. Ximo Puig parece pata negra socialista, para lo bueno y para lo malo, y tampoco lo ve uno con otra camiseta. Pero la suerte del resto dependerá de sus marcas, algunas construidas en torno a un Querido Líder Estatal del que amamantan los lidercillos autonómicos. Unos liderzuelos muy parecidos a los pijos: en el fondo, viven de la marca.

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