El PP da por buena la propuesta del líder socialista Ximo Puig de una Mesa de las Corts en la que todos los partidos tengan un representante y tiene un sólido candidato para una de las pocas plazas con visibilidad que le queda tras la debacle electoral. El todavía presidente de las Corts, Alejandro Font de Mora, cumple el perfil que buscan los populares para afrontar sus cuatro años en la oposición. La propuesta se aprobará la semana que viene en el comité ejecutivo previo a la constitución de las Corts el día 11. Y, formalmente, será propuesta por el todavía presidente del PP, Alberto Fabra. Ahora bien, Font de Mora sería una persona de consenso, que contaría con el aval de las tres direcciones provinciales y de la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig. Se trata de un diputado experimentado, cuya experiencia en el manejo del reglamento de las Corts es clave.
Además, tiene una autoridad que nadie le discute y sería un apoyo para el futuro portavoz del grupo. Para este puesto, hay tres aspirantes con opciones: Bonig, la todavía del Consell, Maria José Català, y con menos posibilidades, Vicente Betoret. Con Fabra en clara retirada, Bonig empieza a asumir de facto la presidencia del partido hasta el congreso regional siguiendo la fórmula por la que apuesta Génova. Bonig se mueve ya en el papel de oposición. Català tiene padrinos en Madrid para ser la cara en las Corts, aunque tiene escasos apoyos orgánicos y el rechazo de Rita Barberá, con hilo directo con Rajoy. No obstante, sectores del PP la situaban en la Delegación de Gobierno, como paso previo a encabezar las generales del PP. Una vía para no quemarse en las Corts y evitar la bicefalia.
En el nuevo grupo popular tendrá que encajar la figura de la alcaldesa saliente, Rita Barberá, en cuyas manos está irse o no de senadora territorial. Si decide quedarse en las Cortes, fuentes populares creen que tendrían que otorgarle un reconocimiento, designándola presidenta del grupo, un cargo honorífico, pero que la distinguiría del resto. La derrota popular se evidencia también en la reducción de 4 a 2 de las plazas de senador territorial, que no dan para cubrir los compromisos. Amén de Barberá, estaría el de Fabra, si finalmente confirma su retirada a Madrid, y el de Antonio Clemente, pactado con Cospedal al ser relegada en las listas. El PP da por segura la jubilación voluntaria de Juan José Ortiz y Juan Rodríguez Marín. Los sacrificados serían Julio de España y Alfonso Ferrada.
