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Entrevista

Javier Moliner: "Incluso a Puig le interesa que gobierne Rajoy porque resolverá la financiación y tendrá un enemigo al que echar la culpa"

«No vamos a entrar en una guerra de competencias con el Consell. Quien quiera ver fantasmas, que los busque en otro sitio»

Javier Moliner: "Incluso a Puig le interesa que gobierne Rajoy porque resolverá la financiación y tendrá un enemigo al que echar la culpa"

El PP ya está inmerso en una nueva campaña, ¿les ha dado tiempo a digerir el resultado de las autonómicas y municipales?

El resultado fue que el PP fue la fuerza más votada y que el pacto del resto nos sacó de los espacios de gobierno en muchas instituciones.

¿Y qué pálpito tiene en estas generales?

Creo posible sacar el mejor resultado y que la gente vuelva a confiar en el PP. Tengo clarísimo qué es lo que le conviene a España, que es que no rompamos la senda de crecimiento, de creación de empleo y que se siga defendiendo la unidad territorial de España. Incluso a Puig le conviene que gobierne Rajoy. Si gobierna Rajoy, va a crecer la economía, se va resolver la financiación autonómica, recibirá mil millones de euros más este año en sus cuentas y la unidad España permitirá que la Comunitat Valenciana siga siendo locomotora de crecimiento. Encima, si gobierna Rajoy, tendrá siempre un enemigo a quien echar la culpa. En cambio, si gobierna Sánchez no tendrá ese enemigo a quien echar la culpa, no se le va a resolver la financiación y posiblemente España vuelva a la senda del decrecimiento. Por lo tanto, incluso a Puig le interesa que gobierne Rajoy.

Tras las municipales y autonómicas, apeló a la autocrítica interna advirtiendo del desgaste de la marca PP en el conjunto nacional. ¿Cree que se ha producido esa reflexión?

Es evidente que en el ámbito nacional se produjo ese desgaste y que hubo una clara tendencia en todas las provincias de España de caída de voto del PP. Y sí que creo que esa reflexión se ha producido a nivel nacional. Nos hemos pasado gran parte de esta legislatura gestionando mucho y contando pocas cosas y entiendo que desde hace unos meses se ha invertido esa tendencia y se está explicando la gestión, comunicándonos mejor con los ciudadanos.

También planteó la necesidad de mejorar los mecanismos de participación interna del PP...

En las pasadas elecciones municipales llegué hasta el último límite que me permitían los estatutos del partido con el proceso Open PPCS para la elección de los candidatos a alcalde. El reto es, en los próximos congresos, cambiar los estatutos para abrir vías mucho más participativas, en las que los afiliados participen de forma activa en la elección de los cuadros directivos y las candidaturas.

¿Le disgustó el modo en que fue designada presidenta regional Isabel Bonig?

Así lo dije. Creo que se podría haber abierto a la participación y el resultado habría sido el mismo.

A usted le reprocharon que no abriera a la participación el proceso de elección de los diputados provinciales...

Se hicieron reuniones en las distintas comarcas y allí se eligió a quien se entendió que era mejor. El mecanismo de elección de los diputados provinciales es participativo por definición porque sólo se puede presentar el que reúne el 51 % de las firmas de los concejales. Y desde luego no se coacciona a nadie. Otra cosa distinta es que alguien quiera procesos participativos para que salga lo que él quiere. Cuando uno se somete a la democracia, se expone a ganar o perder y, desde luego, yo creo en la democracia con esa dualidad.

¿Y qué me dice de la revuelta capitaneada por la exvicepresidenta de la diputación, Esther Pallardó (pareja sentimental de Carlos Fabra), que acabó con esta fuera del partido por conspirar contra usted?

Yo no creo que fuera una revuelta. Fueron unas informaciones en las que se desvelaron unas intencionalidades plasmadas por escrito que en el partido entendimos que no eran concebibles.

Desde que asumió el control del partido y la diputación han caído personas muy significadas con Carlos Fabra. ¿Ha habido una purga política?

Eran personas muy significadas con el PP. Yo entiendo la política como una carrera de relevos en la que uno da lo mejor de sí y entrega el testigo al siguiente. No es una cuestión de edad ni de afinidad política, sino de intentar en cada momento tener al frente a quienes mejor puedan recoger el apoyo ciudadano.

En su libro, Esther Pallardó desvela que Carlos Fabra se arrepintió de haberle designado a usted sucesor y que intentó maniobrar aupando a Alberto Fabra a la presidencia provincial del PP, aunque no pudo ejecutar el plan porque A. Fabra se marchó a Valencia. ¿Tenía conocimiento de todo esto?

Ni lo conocí ni me preocupó.

¿Optará de nuevo a la presidencia provincial del PP?

Es una decisión que tomaré cuando llegue la convocatoria del congreso.

Y usted que es partidario de los relevos, ¿aspirará a un tercer mandato en la diputación?

Acabamos de empezar éste, vamos a centrarnos en solventar los problemas de la gente y tiempo por venir futuro.

Para usted que es de Castelló, ¿lo más doloroso de las pasadas municipales fue la pérdida de esta capital tras 24 años de gobierno popular?

Lo más doloroso fue comprobar que candidatos excelentes se llevaban una patada en el culo que no iba para ellos y ver que había resultados injustos con la oferta política que habíamos lanzado en cada uno de los municipios.

¿Fue un error presentar a Alfonso Bataller como candidato?

Era el alcalde de Castelló y, por tanto, la opción más segura. No conozco ningún sitio donde hay un alcalde, con una opción ganada, en que no se confía en él para repetir.

Pero Bataller no ganó la alcaldía, sino que se la traspasó Alberto Fabra cuando se fue a la Generalitat...

Pero Alberto Fabra ganó la alcaldía porque anteriormente tuvo la ocasión de gobernar durante una legislatura en la que tampoco fue candidato.

¿Por qué Bataller sigue de presidente local del PP de Castelló si hace medio año comunicó la renuncia a todos los cargos?

El partido decidió no abrir procesos congresuales en vísperas de elecciones. No soy partidario de que las elecciones internas de los órganos del partido eclipsen la realidad de la gestión del día a día ni se celebren por otro medio que no sea la votación democrática de los afiliados. Hay convocados congresos después de las generales, a lo largo del año que viene, y será el momento para renovar con normalidad las estructuras del partido.

En 2011, pudo ser el candidato a la alcaldía de Castelló. ¿Cree que lo será algún día?

No me veo en otro espacio que el actual, que es el de trabajar por hacer las cosas lo mejor posible en la diputación e intentar que funcione una maquinaria que creo que hemos engrasado para ser útil a los ciudadanos.

¿Cree que el Consell de Puig está interfiriendo en la autonomía de las diputaciones?

Nosotros no vamos a entrar en ninguna guerra con nadie sobre competencias. Vamos a guerrear por conseguir que los ciudadanos de Castelló tengan los mejores servicios, con independencia de quien los preste. Lo que tiene que hacer la administración es ponerse de acuerdo y nosotros hemos propiciado un clima de colaboración y lealtad que hemos demostrado cofinanciando los libros de texto, el acelerador lineal del Hospital Provincial, atendiendo las necesidades en materia de tratamiento de mosquitos o manteniendo los servicios sociales en el complejo de Penyeta Roja.

¿Hay una estrategia de «bunkerización» de las diputaciones de Castelló y Alicante, bastiones del PP?

Quiero una institución útil para la provincia, que se vuelque en prestar los mejores servicios. No hay ningún otro objetivo y quien quiera ver fantasmas que los busque en otros sitios. En la Diputación de Castelló sólo van a encontrar gente con ganas de trabajar para mejorar las condiciones de vida de las personas.

Pero fue usted quien dijo que la Diputación de Castelló iba a ser la Covadonga del PPCV...

Fue un comentario a las 8.30 de la mañana del lunes después de las elecciones. La gente del PP andaba necesitada de un ánimo que se había roto al ver cómo los pactos postelectorales podían sacarnos de los gobiernos municipales. Lo que es cierto es que la Diputación de Castelló se ha convertido a nivel provincial en el gran referente de la forma de gobernar del PP.

Inicialmente se mostró reacio a colaborar en el plan Xarxa Llibres...

Me mostré indignado por las formas porque no es de recibo que alguien invite pagando los demás y ni siquiera se lo diga. La tarde del día anterior al anuncio del plan estuve hora y media con el presidente Puig y no me dijo nada. Y me molestó porque yo no soy así. Yo no entiendo las relaciones entre las personas y las instituciones así. Creo que las cosas se podrían haber hecho mejor. Dicho lo cual, yo no digo que el objetivo me parezca malo. De hecho, me parece loable y desde el primer momento hemos manifestado nuestra intención de colaborar poniendo el dinero los primeros.

¿Ha habido precipitación en la puesta en marcha del plan?

Es lo han reconocido hasta los propios actores de la conselleria. El programa ha supuesto una carga de trabajo para los ayuntamientos y de incertidumbre para las familias.

Se percibe cierta rivalidad entre el Consell y la diputación por el aeropuerto de Castelló. De hecho, Puig le recordó que es la Generalitat la propietaria de la infraestructura...

Hasta este momento, la gestión de la diputación ha sido determinante para la obtención de vuelos. Yo estoy encantado de que la Generalitat se ponga las pilas y trabaje en esa misma dirección.

En el mitin de Rajoy en Valencia volvió a salir el lema del «agua para todos». ¿No es un poco recurrente?

Nosotros conseguimos ser la primera provincia de la Comunitat Valenciana con un reconocimiento de derecho de agua del Ebro, con proyectos concretos de inversión en Els Ports. Por tanto, esta provincia, como parte de la cuenca del Ebro, ve con buenos ojos que se plantee un reparto territorial de un recurso que es de todos. La alternativa que el PSOE planteó en la provincia son dos desalinizadoras que no se pueden poner en marcha porque no hay nadie capaz de soportar los precios del agua.

Algo habrá que hacer con las dos desalinizadoras...

Por supuesto, pero es que ponerlas en marcha implicaría multiplicar por diez el recibo del consumo del agua potable de los municipios afectados. Este gobierno está intentado solucionar la patata caliente que se encontró con las inversiones que impulsó el gobierno del PSOE en la provincia de Castelló, que se resumen en desalinizadoras y Castor, dos problemones que les costaron a los ciudadanos de España 2.000 millones de euros y que no se han podido poner en marcha.

¿Cree suficiente la opción del tercer hilo del corredor mediterráneo?

Permitirá que el AVE conecte Castelló con Madrid en las mejores condiciones a finales de año. Pero satisfecho estaré el día en que estemos conectados con Barcelona igual que con Madrid.

¿Le costó mucho tomar la decisión de enviar a Miguel Barrachina a Madrid, su mano derecha en la diputación y el partido?

Yo quería que Castelló ocupara un espacio central en la agenda política de Madrid y sabía que eso sólo lo podíamos conseguir mandando a una persona con capacidad para hacerlo. Fue una propuesta que yo hablé personalmente con Rajoy.

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