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La estrategia valenciana de los partidos

Los candidatos sin cara

Las formaciones que concurren a los comicios del 20D han planteado una campaña en clave nacional con poco hueco para sus candidatos valencianos

Los candidatos sin cara m. a. montesinos

Afrontar una campaña electoral se ha convertido en los últimos años en un trabajo que trasciende las mesas de los equipos de comunicación de los partidos. Ante una sociedad cada vez más informada, los comités se ven obligados a echar mano de la ingeniería para hacer llegar a cada votante el mensaje exacto con el que convencerles de que su candidatura es la mejor para gobernar el país.

Se exprimen tanto el cerebro y se exploran tantas posibilidades que, al final, se generan situaciones de lo más curiosas, como lo que está ocurriendo en la campaña que arrancó el pasado viernes. Candidatos que se presentan sin presentarse y otros que están pero no se les ve, que son como fantasmas que han desaparecido de los carteles. En el primer caso se enmarca, por ejemplo, Mònica Oltra. La cara de la vicepresidenta del Consell ha sido estampada en los propaganda gráfica que Compromís y Podemos comparten pese a que, que se sepa, no tiene ninguna intención en moverle la silla a Pablo Iglesias. Si en las autonómicas del pasado mayo se decía que Albert Rivera, de Ciudadanos, se presentaba en todos los municipios de España, ahora es Oltra la que reclama su porción de protagonismo y se erige como la imagen de la marca de la izquierda valenciana al lado del candidato de la coalición, Joan Baldoví. Quien no está, sin embargo, es Pablo Iglesias. El líder de la formación surgida al albor de la indignación ha pasado de poner su rostro en las papeletas del voto para las europeas que catapultaron al partido, a ocupar, en Valencia, un plano tan discreto que casi desaparece. Los partidos del pacto buscan el voto en clave valenciana y quienes mejor representan ese espíritu son Oltra y Baldoví. Iglesias solo pasaba por ahí, además de que es poco querido por el sector del Bloc contrario al pacto.

A Elena Bastidas, número 1 de la lista del PP al Congreso por Valencia, le ocurre casi igual que al líder podemita. Es difícil encontrar un cartel en el que se muestre su cara, aunque sí los hay. La formación conservadora cree que la imagen de Rajoy es suficiente para resistir el envite, en tanto que preside la España a la que, como pretendían mostrar en su vídeo de inicio de campaña, dicen que han sacado de la UCI. Tan alargada es la sombra del presidente, que en su primer mitin en Valencia, en el que el PP presentaba su programa, Bastidas no tuvo ocasión ni de acercarse al micrófono. En la página web de la candidatura del PPCV, el internauta se encuentra de cara a Rajoy y a Isabel Bonig sonrientes. Ni rastro de la exalcaldesa de Alzira. Por cierto, en su intento de valencianizar su campaña, al PP se le ha colado un error ortográfico en su lema. «España en sério», reza el cartel. El acento está de más y, en todo caso, sería «España seriosament».

Quien no ha querido quedarse fuera de la foto es el exalcalde del PP de Gandia, Arturo Torró. Ahí está él, que no se acaba de marchar, tan orgulloso, agarrado a Mariano Rajoy, en cientos de carteles en toda la capital de la comarca de la Safor. El candidato popular a la presidencia del Gobierno sonríe en esa imagen, lo que no se sabe es si le hará tanta gracia conocer que están haciendo campaña a su favor utilizando su percha junto a la de un imputado por el caso Púnica.

En Ciudadanos, si en las locales la cara de Albert Rivera eclipsaba a la de los candidatos en los municipios, cabe imaginar que ahora no se iba a dejar mucho espacio a Vicente Tent y Toni Cantó en los paneles electorales.

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