No es el dóberman de González contra Aznar, pero el perro socialista ya muestra colmillo y segrega baba. El presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, proclamó ayer que «en la Comunitat Valenciana, darle el apoyo al PP es suicida». Su cabeza de lista por Castelló, Artemi Rallo, censuró la corrupción alzando la voz de una provincia «que ha sido motivo de mofa y burla casi planetaria por un aeropuerto del que, durante cuatro años, sólo salieron aviones de la cabeza de un político que ahora está en prisión». La candidata por Valencia, Ana Botella, sacó otro fantasma del armario al asegurar que «los que dicen 'no somos ni de derechas ni de izquierdas', a mí eso me da mucho miedo». Y el economista Julián López, número uno socialista por Alicante, dibujó otro escenario apocalíptico a su manera: con cifras y porcentajes que apuntan a que «la salida de la crisis será asimétrica»: primero saldrá España y al final la Comunitat Valenciana si continúa el actual modelo de financiación y ritmo de inversiones estatales.

Los tres carteles electorales del PSPV fueron presentados ayer por su líder autonómico en un desayuno informativo en el Forum Europa-Tribuna Mediterránea de Valencia (algo más vacío de lo esperable). En la presentación, el jefe del Consell desaconsejó «darle un cheque en blanco a los que han incumplido sus promesas». Las tres prioridades de la nueva legislatura, a juicio de Puig, han de ser «la reforma de la financiación autonómica, el cambio del modelo productivo y la reforma de la Constitución». Para ello trabajarán los diputados socialistas, aseguró un presidente que invocó «los principios de la Ilustración y los valores republicanos y progresistas» para conseguir «el Renacimiento de los valencianos».

Artemi Rallo, en un duro parlamento, recordó que «los ciudadanos de Castelló han de lidiar, además de con el 'Luis, sé fuerte', con el 'Carlos Fabra es un ciudadano y político ejemplar'» que dijo Rajoy. Rallo planteó medidas para atajar la corrupción, como la prohibición de aceptar regalos o comisiones, el fin de los indultos por corrupción, ampliar la incompatibilidad de cargos a cinco años o publicar bienes y patrimonio. También propuso «desbloquear listas electorales» y «generalizar primarias».

Julián López pidió la «igualdad de oportunidades», imposible con la actual financiación y el reparto de inversiones, a su juicio.

«Sabemos reinventarnos»

La candidata socialista por Valencia, Ana Botella, reivindicó la necesidad de una «economía innovadora» como motor del cambio productivo español. Botella denunció «el fracaso del modelo de austeridad de Europa» y apoyó la idea de «mejorar el nivel educativo y formativo de nuestro capital humano». Las diferencias de educación, arguyó, explican el 80 % de las desigualdades. Ante la pujanza de los nuevos partidos, Botella dijo que en el PSOE «sabemos reinventarnos».