El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, se reafirmó ayer en sus acusaciones al presidente del gobierno pese a las críticas que ha recibido por su agresividad, unas críticas que, por lo que se vio ayer en Alicante, no comparten muchos de los simpatizantes y militantes del PSOE que no dudaban en interrumpir a Sánchez cuando hablaba para pedirle que siguiera «metiendo caña», lanzando frases del tipo, «más duro tenías que haber sido» y aplaudiendo cuando su líder lanzaba frases del tipo «Rajoy está incómodo porque la verdad duele» o «a la única persona a la que ha salvado Rajoy es a Rodrigo Rato y a Bankia».

Un cuarto de hora duró el mitin exprés que Sánchez ofreció en la plaza 25 de mayo, bastante más en cualquier caso que sus antecesores en el turno de palabra, Echávarri y Puig. Su posterior cita en Elche y luego en Murcia hizo que la presencia de Sánchez se limitara teóricamente a un acto en la calle.

Sánchez dedicó gran parte de su intervención ayer en Alicante a recordar su cara a cara con Rajoy. «A de Arístegui, B de Bárcenas, C de Camps, D de De la Serna, E de Esperanza Aguirre» y así nombró a varios líderes del PP cuestionados o imputados añadiendo que «no quedan letras en el abecedario para definir la corrupción del PP». Por cierto, ante estas palabras, Aguirre anunció ayer por la tarde que interpondrá una demanda de protección del derecho al honor contra Sánchez «por haberla llamado corrupta».

En el mítin, el líder el PSOE abordó también la financiación y afirmó «uno de mis principales deberes a partir del próximo 20 de diciembre será mejorar la financiación en la Comunidad Valenciana».