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Seguridad

Las primeras generales en nivel de alerta 4

La Policía Nacional, con tres agentes por colegio electoral en lugar de los dos habituales, y la Guardia Civil incluyen a sus plantillas completas en el dispositivo electoral y extreman la seguridad al máximo

Las primeras generales en nivel de alerta 4

Nadie admite nada, pero las cifras hablan por sí mismas. Todos los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, salvo contadas excepciones, están convocados para trabajar este domingo dentro del dispositivo especial por el 20. La razón es obvia: estas son las primeras elecciones generales que España vivirá bajo el fantasma de la amenaza yihadista en uno de sus niveles más elevados, el 4 -5 es el máximo-, lo que se traduce en «riesgo alto de atentado».

¿Significa eso que existe alguna probabilidad real de que se produzca un atentado durante la jornada electoral del próximo domingo? Fuentes de la lucha antiterrorista insisten en que no hay un sólo dato objetivo que permita intuir una acción de corte yihadista inminente, ya que, de haberlo, el Ministerio del Interior ya habría elevado a 5 el nivel de alerta (riesgo muy alto).

En todo caso, existe una tensión máxima y los niveles de seguridad y de presencia policial visible se han elevado sustancialmente, que tal como prevé ese nivel 4 en el que estamos desde el pasado 26 de junio, tras los atentados del Daesh y los grupúsculos satélite de Al Qaeda en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia.

Sin embargo, el incremento de la presencia de la policía en la calle, que ha supuesto triplicar el número de controles antiterroristas en la ciudad de Valencia, no se ha llevado realmente a cabo hasta después de los últimos atentados yihadistas de París, que costaron la vida a 130 personas en la sala Bataclán y dos restaurantes el pasado 13 de noviembre.

Descartado el nivel 5

España descartó, tras dos reuniones del ministro del Interior con los principales responsables de la lucha antiterrorista -las unidades de Información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil y el CNI-, elevar a 5 el nivel de alerta, porque eso supondría sacar al Ejército a la calle para hacerlo visible en ese aumento de la vigilancia de las calles y de los centros neurálgicos -puertos, aeropuertos, centrales nucleares, eléctricas, red de telecomunicaciones, tendidos eléctricos- y puntos de especial aglomeración de personas -eventos deportivos, culturales, musicales, centros comerciales (estamos en plena campaña navideña) o concentraciones ciudadanas.

Es precisamente en este último punto donde hay que buscar una de las razones por las que se ha decidido incrementar de dos a tres el número de agentes que vigilarán el buen desarrollo de las votaciones en las urnas el próximo domingo.

La decisión fue tomada hace semanas y, aunque ya no existen intensidades dentro de cada nivel de alerta (entre julio de 2009 y mayo de 2015 el sistema contemplada cuatro niveles y cada uno de ellos podía tener intensidad alta o baja), la sensación entre los agentes y mandos intermedios de ambos cuerpos de seguridad es que «estamos como si hubiesen subido la intensidad dentro del mismo nivel 4».

En otras palabras, al borde del 5, pero sin admitirlo públicamente. Por una parte, porque supondría alertar innecesariamente a la población en una jornada crucial para el futuro del país y por otra, porque permite extremar al máximo la protección de los ciudadanos y de los edificios susceptibles de convertirse en objetivo yihadista.

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