Las municipales de mayo todavía están recientes y, tras el vuelco que propiciaron en muchos ayuntamientos, los resultados del 20-D revelan que el tirón de los nuevos alcaldes todavía es limitado. Sólo 15 de los 47 alcaldes de la Ribera consiguieron que la fuerza política que representan fuera la más votada en las generales del domingo en sus respectivos municipios mientras que en otros 32 casos, un 68 % del total -incluidos independientes que son una minoría-, se vieron superados por uno, dos o incluso tres partidos diferentes. El respaldo mayoritario que Òscar Navarro suele lograr en Polinyà cuando se designa al alcalde se vio arrastrado por el hundimiento de EU, que quedó como cuarta fuerza, y también el alcalde de Alberic, Toño Carratalá, que se vislumbra como una referencia de Ciudadanos, se vio superado por el PP, Compromís-Podemos y por el PSOE.
En el caso de las ciudades con mayor población, sólo en Sueca, el municipio del candidato de Compromís-Podemos, Joan Baldoví, los nacionalistas se mantuvieron como la fuerza mayoritaria. Compromís fue el partido más votado en siete municipios donde gobierna, el PP en cuatro de los cinco pueblos que conserva tras la debacle de mayo y el PSOE en cuatro.