El impacto de «pobreza energética» sobre la vida y el bienestar de miles de personas en España, el encarecimiento del recibo de la luz, el cambio climático, las críticas al poder acumulado en las grandes empresas eléctricas y a las «puertas giratorias» que las comunican con la política han hecho que la cuestión energética, antes restringida a unos pocos especialistas, esté ahora presente en la primera línea del debate político.

Convocados por la Plataforma por un nuevo Modelo Energético, los cabezas de lista por Valencia estaban llamados ayer a debatir sobre pobreza energética, mercado eléctrico y energía y medio ambiente. Al final solo Toni Cantó, por Ciudadanos, dio la cara como cabeza de lista, mientras «A la valenciana» enviaba a su diputado y nº 3 en la lista, Enric Bataller; el PSOE a la diputada Maria Such, también en el nº3 y el Partido Popular situaba en el debate a su portavoz en la comisión de energía en las Cortes Valencianas Vicente Casanova.

Todos coincidieron en la necesidad de legislar sobre la «pobreza energética» , una lacra que se ha colado en el 11% de los hogares españoles donde el precio de la energía impide alcanzar la temperatura mínima, aunque las diferencias surgieron cuando se habló de estrategias. Para la mayoría, el «bono social» es paliativo y tiene un cierto tufo a «beneficiencia» dijeron, mientras que Bataller insistía en que se trata de un derecho «básico» que debía estar garantizado por la administración.

PSOE, «A la valenciana» y Ciudadanos coinciden en que la energía en España es cara y el recibo «opaco», con una subida del 69% en los últimos años mientras el IPC solo ha aumentado un 10%. Vicente Casanova recordaba que el recibo incluye un 40 % de costes que tienen un origen «político» y que sin ellos no se habría disparado el precio de la energía. Hay que acabar con el «oligopolio» de las eléctricas, dice la izquierda, crear «mercado» y competencia limitando su poder, propone Ciudadanos.

Es necesario dar un nuevo impulso a las energías renovables, aunque «sin los errores del pasado», matizó Casanova en alusión a las primas, partidario de sacar del recibo los costes no estrictamente energéticos.

Combatir el cambio climático pasa por el autoconsumo «sin el impuesto al sol» cuya existencia niega el PP, eficiencia energética y un nuevo mix de generación con más renovables, donde desaparezcan los combustibles fósiles y la nuclear vaya perdiendo posiciones; para la mayoría, cuando cumplan su «vida útil», corta para «A la valenciana» y vinculada al fin de la transición energética para el resto. Solo el PP sostiene que el «fracking» no es una técnica «mala en sí misma» que los demás repudian.