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Estrategias de los partidos

Las campañas no son para el verano

El calor, la saturación por los comicios de diciembre y la economía de los partidos obliga a cambiar de estrategia y optar por pequeños actos

Mª Dolores de Cospedal, en un pequeño local de Valencia. m. á. montesinos

El calor derrite las campañas electorales. Según los expertos, la participación siempre baja en las segundas vueltas, pero si además estas coinciden con la llegada del verano, se pueden dar imágenes como las de este pasado fin de semana, con las principales figuras de los partidos políticos entregándose a un exiguo auditorio, que lucha por no desvancerse entre el calor de un pabellón cerrado o el de un acto al aire libre sin sombrillas.

La repetición de los comicios ha obligado a cambiar el diseño de la estrategia electoral en cuanto a actos públicos se refiere. En primer lugar, porque no es lo mismo tirar la casa por la ventana cada cuatro años que cada seis meses. El esfuerzo económico que se hizo el pasado mes de diciembre no puede ser igual al de ahora, ya que las arcas de los partidos no cuentan con el mismo colchón.

Llenar plazas de toros, pabellones o auditorios cuesta dinero. Hay que contratar autobuses, material de merchandising para más asistentes, e intendencia (hay quien reparte merienda o botellitas de agua). Así, en su lugar, los partidos están optando en su mayoría por «miniactos», como el de Albert Rivera el pasado domingo que, a pesar de ser la celebración central del partido en Valencia y contar con la presencia del líder estatal, reunió apenas a unas 300 personas junto a las torres de Serranos.

«Se está haciendo una campaña de calle, con pequeños encuentros con simpatizantes para que todo sea más cercano», explican desde la formación naranja. «La directiva es hacer una campaña alejada de grandes actos», añaden. En este sentido, el candidato por Valencia, Toni Cantó, va a recorrer en los próximos días casas por distintos pueblos de la provincia, como hizo Pedro Sánchez. El líder del PSOE se metió hasta la cocina de vecinos de Móstoles en el primer día de campaña.

La misma premisa siguen en el resto de partidos: calle, calle y calle. Es la época de caravanas, con un estilo cada vez más americanizado plagado de pequeños encuentros con la llamada sociedad civil y sectores concretos en locales, como la visita de Mª Dolores de Cospedal el pasado sábado en Valencia.

Gran cambio de formato

«Nosotros hemos diseñado una campaña que hemos llamado de prioridad. Un día jóvenes, otro empleo, otro libertad, etc. Así no se satura tanto a la militancia», indica Eva Ortiz, directora de campaña del PPCV. «Creemos que es mejor muchos pequeños impactos que uno solo. Llenando la plaza de toros solo tienes huella un día. De la otra manera es asegurarse presencia mediática y en las redes cada día», apunta.

Este cambio de estrategia no es nuevo de estas elecciones, aunque se ha visto reforzado debido a la proximidad de la anterior convocatoria. Medios de comunicación, electorado y hasta políticos sienten el desgaste y la saturación, de manera que hay que buscar alternativas rentables para hacer llegar el mensaje. «Las redes sociales son muy importantes en este sentido. Son más rentables estos actos que uno grande, en el que hay que tensionar más el partido para superar las expectativas, llenar una plaza, etc», relata Ortiz. «La sociedad ha cambiado. La gente ya no pide grandes mítines», añade. Con la estrategia del PP, sostiene, consiguen diversificar el receptor, escuchar a la gente, más impacto mediático y en redes y no cargar en demasía al electorado.

A la Valenciana sí busca llenar grandes mítines

En el caso de Compromís, Podemos y Esquerra Unida, la coalición A la Valenciana, se ha optado por una estrategia mixta. Por un lado, está la «ruta a la fresca», que recorre con los candidatos los municipios valencianos. Además, cada comarca celebra sus pequeños actos. Sin embargo, no han querido renunciar a la fórmula de los grandes mítines. El pasado domingo unas 3.000 personas se congregaron en el pabellón del Cabanyal y el próximo viernes esperan reunir a unas 6.000 en Alicante, con Pablo Iglesias y Alberto Garzón. La hora del encuentro y el día son importantes. «Un domingo de verano por la mañana era difícil llenar la Fonteta, por eso optamos por el Cabanyal», explica Emili Mira, director de campaña.

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