­Los malabares a los que se tienen que rendir los políticos autóctonos para compaginar la obediencia con el partido a nivel estatal y al mismo tiempo no defraudar a los votantes valencianos se hizo evidente ayer en el debate de Levante-EMV, transmitido por Levante TV apenas 24 horas después de que sus respectivos líderes nacionales marcaran la pauta a seguir.

Reproches por una legislatura frustrada y posibles pactos. Aún se escuchaba el susurro del «no soy yo, el enemigo no soy yo, Pedro» de Pablo Iglesias de la noche anterior cuando la candidata socialista Ana Botella hacía equilibrios para transmitir que su formación se siente muy a gusto con Compromís gobernando en la Comunitat Valenciana pero que es Podemos quien dinamita su pacífica relación. «Aquí tenemos una relación muy positiva. Lo digo con cariño, queríamos que ustedes estuvieran „en el pacto de gobierno de las elecciones de diciembre„ pero Iglesias estableció como prioridad el derecho de autodeterminación en vez de políticas de bienestar social. Compromís, también aquí, es rehén de Podemos», lamentó Botella. «Como ayer en el debate de Sánchez, se equivoca de enemigo», repuso Baldoví.

«Aunque el PSOE haga campaña con el ´sí´, es el partido del no y del ´qué parte del no no entiende´. Diecisiete veces dijo no Sánchez a Rajoy», replicó Bastidas.

«Hicimos lo que la gente nos pidió. Nos sentamos con el partido socialista para firmar un acuerdo y de repente aparecen en la segunda sesión con un pacto blindado con Ciudadanos que no permitía ningún cambio. Podemos decir que salimos con la cara bien alta de las negociaciones», argumentó Baldoví.

«En estos meses se ha visto que no vale ni quedarse esperando a que ocurran las cosas, como Rajoy, ni los cálculos partidistas de sillones de un frente popular en el que cabe todo», criticó el candidato de Ciudadanos.

Precisamente Cantó fue otro que se tuvo que enfrentar la dicotomía entre lo que manifiesta su partido a nivel estatal y lo que conviene decir a nivel autonómico. En el apartado de preguntas entre los candidatos, moderado por los periodistas Julia Ruiz y Gustavo Clemente, prácticamente todos sus contrincantes le preguntaron al respecto. «¿Usted, como diputado valenciano, va a colaborar con nosotros para convencer a Rivera para que condone la deuda?», le inquirió Botella. «Ya lo hemos hecho. Blindamos un acuerdo para garantizar políticas sociales e infraestructuras en toda España, que viene a ser lo mismo. Tenemos que tener la financiación que merecemos, pero el estado no puede perdonar la deuda de todas las comunidades autónomas. Y decir eso crea frustración en los ciudadanos», replicó Cantó.

Baldoví aprovechó la ocasión para sacar pecho de que «Compromís es un partido de estricta obediencia valenciana. Tenemos el mismo discurso aquí que en el Congreso de Madrid», señaló el candidato, quien pareció olvidarse en un principio de sus compañeros de coalición. Más tarde tuvo que hacer referencia a A la Valenciana.

Todos contra la corrupción del PP. En la misma tanda de preguntas en la que los políticos dirigieron una pregunta para cada uno de sus opositores, los candidatos de PSPV, A la Valenciana y Ciudadanos no dudaron en apuntar a Elena Bastidas cuando salió a relucir el tema de la corrupción.

La cabeza de lista popular reaccionó esgrimiendo un gráfico de barras en el que el PP aparecía en cuarto lugar en cuanto a gravedad de los casos que les afectan, «por detrás de los ERE de Andalucía», reprochaba a la candidata socialista. «Hemos aplicado nuestros estatutos internos y pedimos que los tribunales actúen contundentemente. También hemos pedido perdón y lo hemos pagado políticamente, pero no podemos estar pidiendo perdón siempre ni por existir», respondió Bastidas a Baldoví.

El comodín del corredor. En distintos momentos del debate los cabezas de lista se refirieron al corredor mediterráneo y a la necesidad de su reivindicación. Se ha convertido en uno de los mantras más repetidos esta campaña; día sí día también aparece en los argumentarios y en los mítines. Ayer no fue una excepción. «¿Ahora?», ironizó Botella cuando se refirió al tema Elena Bastidas. La candidata popular y la socialista se enzarzaron a cuenta del asunto. «En 2012 y 2013 el PP decidió invertir en el corredor central», atacó Botella. «El PSOE dejó solo un Power Point», retrucó Bastidas, a quien la representante socialista le recriminó su «falta de respeto» por un proyecto «tan importante y que costó mucho llevar adelante».

Baldoví también hizo alusión al tema, exponiendo la necesidad de cambiar el gobierno de Madrid para que la Comunitat Valenciana «tenga una infraestructura vital. Con ese corredor la Ford puede colocar un coche en el corazón de Europa 400 euros más barato que ahora», expuso el de Compromís. Por su parte, el candidato de Ciudadanos fue uno de los que más recurrió al corredor, ya desde su primera intervención frente a las cámaras.

Educación concertada. Otro de los asuntos que provocó una suerte de dos bandos (PP- Ciudadanos y PSPV-A la Valenciana) fue el de la educación. Cantó y Bastidas no dudaron en aprovechar tanto sus preguntas directas a sus contrincantes como sus minutos en el apartado de «debate libre» para recriminar tanto a la socialista como al dirigente de Compromís sus políticas educativas. «¿Quieren suprimir la libertad de los padres?», preguntó directamente la candidata del PP.

«Elena siempre hace preguntas interesantes. Cumplir la ley no es ir contra nadie. Nosotros estamos cumpliendo la ley que hizo el PP hace 20 años, nada más», sentenció Baldoví. «El 94 % de los niños han conseguido plaza en su primera opción. Si hacemos balance de las aulas que se han cerrado, el año pasado, con gobierno del PP, se cerraron muchas más. Y el anetrior, y el anterior», añadió el político de Sueca.

Cantó también fue uno de los primeros en sacar a relucir el tema. «El tripartito no está siendo un buen gobierno para los valencianos. Está enfrentando y obligando a elegir entre colegios públicos y concertados», lamentó.

Defensa del Botànic. En ese sentido, los socios de gobierno en la C. Valenciana no tardaron en responder a los ataques del otro bloque, en ese baile cuasi esquizofrénico entre hacer piña aquí y ser oposición en Madrid. «Estamos sacando a los niños de los barracones. Este gobierno está funcionando. Todos los indicadores sociales y económicos han mejorado respecto al año pasado. Hemos puesto el reloj en marcha», expuso Ana Botella. «La primera ley que se aprobó en las Corts tras las elecciones de mayo fue la de emergencia social», añadió Baldoví.

Etiquetas para Ciudadanos y horario comercial. Sobre si ya se han aclarado los de Ciudadanos con sus etiquetas, si son de derechas o izquierdas, el candidato Cantó respondió que «hemos mirado a los lados. Ya hemos superado ese eje, no me preocupa ese tipo de debate y a los españoles tampoco. Lo que queremos es ser honestos y no hacer como hace el PP, que dice que va a bajar los impuestos y ahora no se puede», señaló Cantó.

El candidato aprovechó para agitar otra de las patatas calientes del Consell, el conflicto con los horarios comerciales. «Nosotros no trabajamos para las grandes cadenas. Apostamos por el comercio de proximidad», repuso Baldoví.

A vueltas con la financiación y el empleo. El bloque temático dedicado a la financiación sirvió de trampolín para sacar a relucir de nuevo quien reivindicó qué y cuándo, corrupción y aeropuertos sin aviones. Pocos se acordarondurante el debate de los jóvenes exiliados porque no encuentran trabajo en la terreta, pero al menos sí lo hicieron de los emprendedores, autónomo e investigadores. «Tenemos centros de investigación y universidades punteras pero no se capta fondos internacionales con un gobierno paralizado», lamentó Botella.

«Cuando hablamos de inversiones hablamos de obras que no se han hecho, escuelas que no se han construido y maestros que no trabajan», señaló Baldoví. «Cuando la gente trabaja y continúa siendo pobre, algo no se está haciendo bien», añadió.

En este sentido, fue el que más duramente arremetió contra el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, junto con Ana Botella. «Nos jugamos el pan de los valencianos. Montoro nos esta chuleando todo los días con nuestro dinero. Se queda nuestro pan y nos va dando trozos cuando quiere», criticó Baldoví.

Diputaciones y violencia machista. Así como la escuela concertada se convirtió en arma arrojadiza contra Compromís, la corrupción contra el PP y la crisis económica contra el PSOE, las diputaciones lo fue para Ciudadanos. Bastidas, quien exhibió su condición de exalcaldesa de Alzira, preguntó a Cantó cómo se va a ayudar a los pequeños ayuntamientos sin las corporaciones provinciales. «Nuestro problema con las diputciones es que el dinero no llega a los pueblos, se queda por el camino. Lo que queremos es que en vez de que dos de cada tres euros se pierdan, llegue todo», replicó Cantó.

Respecto a la violencia machista, no hubo debate. Todos concordaron en la necesidad de un gran pacto para frenar los asesinatos de mujeres.

Minuto de autocritica sin mucha crítica

El formato del debate incluyó un minuto para que los candidatos explicaran algo que su formación había hecho bien, y algo que su formación había hecho mal. Sin ser muy autocríticos, Cantó «reconoció» haber sido cándidos durante la campaña. Bastidas, «no haber explicado suficientemente bien los peligros del tripartito», Baldoví, no haber presentado «antes» el acuerdo frustrado y Botella, «que no se pusieran de acuerdo para el cambio».