El imparable ascenso de la lideresa de Compromís, Mónica Oltra, sufrió el domingo su primer frenazo de consideración. Desde que se convirtió en el gran referente electoral de Compromís y azote de los gobiernos autonómicos del PP de Francisco Camps y Alberto Fabra, el ascenso de Oltra había resultado incuestionable. Con ella de candidata, Compromís pasó de seis diputados en las Corts a 19.
Pero, el inesperado pinchazo de A la Valenciana, que llega justo cuando las tres formaciones que la conforman, Compromís, Podemos y Esquerra Unida, tenían depositadas las mayores esperanzas en lograr un gran resultado, incluso en superar al PP, obliga a abrir un periodo de reflexión, admiten en las tres formaciones. Sin embargo, el mayor dilema se abre para la propia vicepresidenta del Consell, que realizaba con la confluencia el ensayo para las elecciones autonómicas de 2019, cuando aspira a convertirse en presidenta de la Generalitat.
Tras las elecciones de diciembre, cuando la alianza entre Compromís y Podemos logró nueve diputados, el noviazgo entre ambas formaciones parecía duradero y dejaba a la propia Oltra como referente a la izquierda de los socialistas, por lo que la situaba en una posición más que óptima para intentar el asalto al Palau en las próximas autonómicas. Al mismo tiempo, aquel resultado esfumaba cualquier posibilidad de ruptura de Compromís.
El gobierno a la valenciana no será
Fuentes de Compromís admiten que Oltra ha realizado en esta campaña electoral una apuesta personal de presente pero también de futuro. La vicepresidenta se ha prodigado en actos de Podemos fuera de la Comunitat Valenciana, que le han llevado a Palma de Mallorca, a La Coruña o a Madrid, donde cerró campaña con el líder nacional de Podemos, Pablo Iglesias, y se había implicado al máximo para que se pudiera formar un gobierno a la valenciana con participación de Podemos y PSOE, que ya resulta imposible.
Fuentes consultadas en Compromís aseguran que resulta evidente que el resultado del domingo no consolida a Oltra sino que deja en una mejor posición a Ximo Puig, aunque los socialistas han perdido un diputado.
Referentes de la coalición señalan que el resultado del domingo supone un retroceso en la escalada política y mediática de la vicepresidenta y que su plan se ha venido abajo en el peor momento.
