La junta electoral de zona aseguró ayer, a falta de un análisis más detallado de las actas de incidencias, que la jornada electoral del pasado domingo transcurrió con normalidad, aunque acabó más tarde que otros años. «Fue un recuento complejo». «Eran unas elecciones muy importantes y había muchos nervios y estrés», explicaron fuentes de la junta electoral de zona.

La principal incidencia y la que más llamadas ocasionó durante la jornada electoral estuvo relacionada con el censo electoral y los colegios asignados. Así hubo muchas personas que llamaron porque no podían votar al no saber cuál era el colegio electoral que les correspondía. «Hay quien no se preocupa de mirar el censo y luego se encuentra que no sabe donde tiene que votar», apuntaron ayer fuentes de la junta electoral de zona de Valencia, donde destacaron otras incidencias como la de una persona sordomunda que había sido designada para estar en una mesa y que solicitó un interprete del lenguaje de signos para poder prestar el servicio.

Apoderados del PSPV, Compromís y Valencia en Comú también presentaron ayer ante la junta de zona una denuncia por una posible manipulación de voto en un colegio electoral en Massarrojos. Según los denunciantes las responsables de una residencia de ancianos religiosa estarían induciendo al voto a los residentes, que son trasladados hasta el colegio electoral por militantes y apoderados del PP con el sobre en mano. Los denunciantes aseguran que se trata de una situación que se repite en todos los comicios y piden a la Junta Electoral que regule este tipo de votaciones arbitrando mecanismos para que los residentes puedan elegir la papeleta libremente, y ejercer su derecho al voto, si es que lo desean.