«Han tenido sus luces y sus sombras pero Valencia era una ciudad gris y ahora tiene luz, aunque es cierto que veinticuatro años es mucho tiempo», admite. Como puntos positivos de la gestión municipal de Rita Barberá recuerda «la revitalización que ha supuesto el viejo cauce del río Turia, y todo el entorno de la Ciutat de les Arts i les Ciències». «Ha habido momentos buenos y momentos malos pero en el balance de última hora pesa la ordenanza de las terrazas „ que reclamaban para poner fin a los excesos„, y como asignatura pendiente queda el tema del botellón», desgrana, para remachar que ni desde el consistorio, ni tampoco desde la Generalitat Valenciana «se ha conseguido atajar la competencia desleal». «Eso es una cosa que nos ha hecho muchísimo daño y con la que habría que acabar en un futuro», advierte Espinar. «No estamos en contra de abrir en domingo pero creemos que se ha hecho mal. Falta un plan estratégico para potenciar el centro comercial más grande al aire libre que hay en España, que es nuestro centro histórico», en lo que es una reivindicación repetida en varios foros.«Los turistas quieren ocio nocturno y se topan con restricciones horarias», reclaman también desde la Federación de Empresas Hosteleras.