La empresa cementera Cemex, junto al Instituto Español de Cementos y sus Aplicaciones (IECA Levante), ha reivindicado la necesidad de impulsar el uso de las soluciones que el cemento y el hormigón ofrecen a las infraestructuras de transporte por carretera como método de ahorro frente a otros materiales como el asfalto. Con motivo del anuncio de del Ministerio de Fomento de reducir un 20% el presupuesto para mantenimiento de carreteras durante 2012, Cemex e IECA Levante han reclamado la necesidad de invertir en carreteras «pensando en el futuro» con materiales duraderos, resistentes, sostenibles y económicos.

En este sentido, el uso de hormigón en los pavimentos de las carreteras con tráfico pesado, como camiones y vehículos de gran tonelaje, suponen un ahorro a largo plazo del 80% del gasto en mantenimiento, garantizando una vida superior a los 30 años, según afirman ambas entidades. De hecho, en España existen firmes de hormigón que han superado holgadamente esta durabilidad, tanto en autovías y autopistas como en viales de núcleos urbanos.

Uso en viales municipales

Según señala Antonio Jiménez, director comercial de Cemex en la Comunitat Valenciana, «en el primero de los casos podemos citar como ejemplos la Y asturiana y la autopista de peaje Sevilla-Cádiz, construidas a principios de los 70 y que hoy en día se encuentran todavía en servicio siendo muy reducidos sus costes de conservación. En nuestra Comunidad podemos hablar del tramo Ondara-Xeresa de la AP-7 construido a principios de los 80».

Porque las carreteras de hormigón son más duraderas, más seguras y sus costes de mantenimiento son más bajos que los de otras soluciones convencionales, pudiendo ser incluso, en muchos casos, competitivos desde el punto de vista de sus costes de construcción. Además, con esta técnica es posible rehabilitar carreteras convencionales. Por ello, según destaca Jiménez, «son una alternativa real en tiempos de crisis para mantener la seguridad de los más de 4.000 kilómetros de viales secundarios construidos en la Comunitat».

De hecho, así lo certifican estudios internacionales como el elaborado por la Asociación Mundial de la Carretera (AIPCR) que destaca las cualidades de durabilidad y seguridad en los viales de hormigón. En la actualidad países como EE UU, Brasil, Argentina, México, Guatemala, El Salvador, Alemania, Austria y Bélgica son las regiones que utilizan de manera más frecuente esta solución para sus carreteras.

En el caso de los túneles, el uso de pavimento de hormigón proporciona mayor seguridad a los transportistas y usuarios y a los equipos de emergencias ya que en caso de accidente con incendio no arden ni se desprenden sustancias tóxicas.

En la ciudad de Valencia, se han restaurado con hormigón las calzadas de paradas de autobús en Blasco Ibáñez, las grandes vías y la avenida Aragón. Además, hace varios años se reparó parte de la calzada de las paradas de autobús en la Plaza del Ayuntamiento «y se han convertido en el mejor ejemplo de la viabilidad de esta técnica en la ciudad de Valencia», señala Jiménez. Las ventajas del cemento en estos casos son muchas. Al frenar y al arrancar el suelo no se desgasta, las ruedas sufren menos, se ahorra carburante y el coste de su mantenimiento es casi nulo. Además, el cemento ofrece mayor grado de habitabilidad en zonas calurosas.

Por otro lado, según señala Jiménez, «la responsabilidad social también es un factor a tener en cuenta. El cemento se fabrica en la propia Comunitat Valenciana, con materias primas locales y en muchos casos usando material reciclado en el proceso de fabricación. Con ello se ayuda a mantener puestos de trabajo directos en un año en el que la producción de cemento se ha reducido a niveles de los años 60».