Una vez situados en la senda de la recuperación de la peor crisis económica que se recuerda, se presenta en España la necesidad de reconstruir un tejido empresarial muy dañado. Son muchas las empresas que han desaparecido y otras están en proceso de recuperación. Ante este panorama se necesitan instituciones financieras fuertes y comprometidas, que crean en los proyectos que renacen o emprenden empresarios y autónomos. Sin embargo, acceder al grifo del crédito es muy complicado, ya que las condiciones siguen siendo exigentes y la desconfianza todavía no ha desaparecido del sistema.

En estos casos difíciles es cuando la labor de las poco conocidas Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) es fundamental. Según un estudio a 1.200 empresas de las Comunitat Valenciana elaborado por Rethink Marketing, un 68% de estas empresas no conocía la labor de la SGR.

Las SGR son entidades sin ánimo de lucro que tratan de ayudar a autónomos y pequeñas empresas a conseguir financiación. ¿Cómo lo hacen? Asesorando sus clientes en materia financiera, ayudándoles a poner en orden la documentación necesaria, informándoles de posibles ayudas públicas y actuando como avalistas de la operación, el verdadero objeto social. Todo esto no solo hace más fácil conseguir financiación sino que además mejora en muchos casos las condiciones; como tipos de interés, plazos, etc.

En más de 30 años de actividad son cientos los casos de éxito que han conseguido estas entidades.

Kopita, una historia de éxito

En la Comunitat Valenciana hay ejemplos como el de la empresa Kopita. Esta marca del sector del vino tuvo la gran idea de lanzar al mercado un producto exclusivo, un vino envasado en una copa de plástico listo para abrir y tomar. Ante el éxito de la idea se plantearon la posibilidad de internacionalización. Para ello acudieron a la SGR que les consiguió un microcrédito de 12.000€ con las mejores condiciones. En tan sólo 2 meses, desde que se produjo el primer contacto, Kopita pudo contar con el dinero y hacer realidad su proyecto de internacionalización.

Para saber si un proyecto ya sea de autónomo o pyme puede tener posibilidades de financiación, la SGR cuenta con una herramienta llamada "el viabilizador", un cuestionario que en 3 minutos permite a la entidad recoger parte de la información necesaria para estudiar el caso concreto.