La visita de Fernández, de dos días de duración, tendrá la máxima solemnidad, puesto que además de los tradicionales encuentros con el Rey y con el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, intervendrá en el Congreso en una sesión conjunta de diputados y senadores.

Fernández aterriza este mediodía en el aeropuerto de Barajas, aunque será mañana cuando comience sus actos oficiales una vez que los Reyes le den la bienvenida en el Palacio del Pardo, donde se alojará.

Después de que el viaje fuera pospuesto en dos ocasiones, en julio y octubre pasados, la presidenta argentina llega a Madrid con el contencioso sobre Aerolíneas Argentinas aún abierto, principal escollo en la relación en los últimos años.

La decisión del Gobierno argentino de expropiar la compañía del grupo Marsans después de 18 años de gestión española -pública y privada- ha forzado un proceso de negociación, que podría desembocar en algún acuerdo aprovechando la presencia de Fernández en Madrid.

La salida pasa por que el Estado argentino asuma la señal entregada a la fabricante Airbus por los aviones comprados para Aerolíneas Argentinas y que Marsans retire la demanda interpuesta ante el órgano de arbitraje del Banco Mundial por la expropiación.

Este caso se une a otras controvertidas medidas adoptadas por Fernández desde su llegada a la Casa Rosada en octubre de 2007, que han afectado a compañías como Repsol YPF, Telefónica o al BBVA por la nacionalización del sistema de pensiones.

La intención de ambos Gobiernos es zanjar estas suspicacias y dar un salto cualitativo a la asociación estratégica sellada en junio de 2006 entre Zapatero y Néstor Kirchner, antecesor y esposo de la actual presidenta.

En el programa no hay ningún foro con directivos de compañías, cita frecuente en las visitas de Estado, aunque Fernández tiene intención de mantener algunas entrevistas de forma individual, según fuentes empresariales.

La última vez que estuvo en España, en julio de 2007, en calidad todavía de candidata, sí tuvo un encuentro con miembros de la CEOE en el que hubo algunos reproches a cuento de la situación de las inversiones españolas.

Precisamente el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, copropietario de Marsans y de Aerolíneas Argentinas, ha sido uno de los más críticos, llegando a decir que el Ejecutivo argentino les estaba "echando a gorrazos" de la empresa con la decisión de nacionalizarla.

El Gobierno ha reconocido que el caso de la compañía aérea ha creado dificultades, pero pone por encima el deseo de las empresas de seguir apostando por Argentina, al igual que "mantuvieron su compromiso" durante la crisis de 2001 que desembocó en el llamado 'corralito'.

"Se trata de una apuesta de Estado que no tiene marcha atrás", según un comunicado de Moncloa sobre la visita de Estado.

Después la bienvenida de Don Juan Carlos y Doña Sofía, la mandataria argentina irá al Ayuntamiento de Madrid, donde el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, le entregará las llaves de Oro.

Almorzará con los Reyes y a continuación, se reunirá en el Palacio de la Moncloa con Zapatero, con quien firmará varios acuerdos, entre ellos, uno con las prioridades de la cooperación en los próximos años, en campos como la ciencia o la tecnología.

Zapatero y Fernández repasarán los principales asuntos de la agenda internacional, la crisis económica y la próxima reunión del G-20 en Londres, en la que se prevé que ambos vuelvan a participar.

El acuerdo de asociación entre la UE y Mercosur, la Alianza de Civilizaciones o la celebración del bicentenario de la independencia Argentina serán otras cuestiones de debate.

En paralelo, los dos ministros de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos y Jorge Taiana, firmarán mañana el convenio de reciprocidad por el que los argentinos residentes legalmente en España podrán votar en las elecciones municipales.

En la jornada del martes, almorzará con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y concluirá la visita con su intervención en la sesión solemne del Congreso y un homenaje a los que dieron la vida por España.