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El ex secretario general de CC OO, hoy diputado socialista , Antonio Gutiérrez, rompió la disciplina de su grupo al abstenerse en la votación para la convalidación del decreto ley de la reforma laboral presentada por el Gobierno y vuelve a plantear el debate entre la coherencia y libertad de cada diputado o la disciplina al grupo parlamentario. Así, el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, recordó que "la lealtad al grupo que le ha acogido es obligada", después de que Gutiérrez anunciara su desmarque del voto afirmativo fijado por el grupo tras señalar que la reforma laboral es "un desaguisado" que "abarata todos los despidos". Sin embargo, lo que para los socialistas es una indisciplina, que será sancionada según lo previsto en el reglamento, otros parlamentarios consideran que es una actitud de "coherencia" y "coraje".

Pero el caso de Gutiérrez tiene antecedentes sonados de "diputados díscolos" o de "versos sueltos", que diría Gallardón, que por diversos motivos han roto la disciplina de voto. Se da la circunstancia de que no es la primera vez que Gutiérrez, diputado desde 2004, vota en contra de su partido. En 2005 también se decantó por la abstención ante un decreto de ley del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para restituir patrimonio incautado a la UGT. Entonces apeló a su "estricta coherencia personal" ya que esa medida suponía romper un acuerdo con CC OO.

Y si nos remontamos atrás, hay que recordar que las relaciones entre sindicalistas y gobiernos, y más si son de la misma familia -UGT y PSOE-, no han estado exentas de problemas. En 1987 el diputado Nicolás Redondo, secretario general de la UGT, votó en contra del proyecto de ley de presupuestos para 1988 de Carlos Solchaga. Después, para mostrar su desacuerdo con la política del Gobierno de Felipe González sobre salarios, pensiones y desempleo, renunció a su escaño. A partir de ese momento se sucedió una cadena de dimisiones de sindicalistas elegidos en las listas del PSOE, como el secretario de Organización del sindicato, Antón Saracíbar y el hoy secretario general de la UGT, Cándido Méndez, que hizo lo propio con su escaño en el Parlamento andaluz. Pero también hubo expulsiones y dimisiones en la dirección contraria. Así, José Luis Corcuera (ministro del Interior con González) abandonó la Secretaría General de Acción Reivindicativa y Justo Zambrana dejó su cargo en la Ejecutiva de UGT. Como colofón a esta "guerra fratricida" Redondo convocó junto a CC OO la primera huelga general de la democracia, la del 14 de diciembre de 1988, que obtuvo un éxito aplastante.

Y también los Presupuestos para 2009 fueron la causa del ruptura del pacto que Unión del Pueblo Navarro (UPN) mantenía con el PP. El partido regionalista defendía la abstención mientras que el PP abogaba por votar en contra. Uno de los dos diputados de UPN, Carlos Salvador siguió las directrices de su partido y se abstuvo, mientras que el otro, Santiago Cervera votó con el grupo popular en contra. Salvador fue sancionado por el PP y Cervera expulsado de UPN. El 28 de octubre de 2008 se anunció la ruptura del pacto que desde 1991 mantenían ambos partidos.

Aborto y matrimonio homosexual

A parte de los temas económicos, el aborto y los matrimonios homosexuales han sido los temas en los que diputados de los dos partidos mayoritarios han mostrado sus divergencias con sus grupos. Así, el ex alcalde de A Coruña, ex presidente de la FEMP, ex diputado, ex senador y hoy embajador ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, zanjó su rechazo a la ampliación del aborto y al proyecto de matrimonios homosexuales no asistiendo a los plenos respectivos, en el Congreso, el primero, y en el Senado, el segundo. Católico confeso y socialista atípico, contribuyó a que la ley de matrimonios homosexuales fuera vetada en el Senado, veto que después fue levantado en el Congreso. Su rebeldía fue premiada por Zapatero con la embajada ante la Santa Sede.

El caso contrario lo encontramos en las filas del PP con la díscola Celia Villalobos. La ex alcaldesa de Málaga, ex ministra de Sanidad con José María Aznar, y actualmente diputada se ha ganado a pulso su fama de indisciplinada por los desencuentros con su partido por su postura más progresista en cuestiones morales. En varias ocasiones ha votado con el PSOE, por lo que ha sido sancionada económicamente, en apoyo a los matrimonios homosexuales y se ha abstenido o ausentado de las votaciones en los casos de la reforma de la ley del aborto. También fue multada la diputada del PP por Badajoz María Pía Sánchez, que anunció su respaldo a las bodas gays aunque después no participó en la votación.