El último acto de la presidencia española de la Unión Europea ha reunido a representantes del Gobierno y la sociedad para reivindicar la importancia de los actores civiles en la construcción del futuro europeo. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha mostrado en la Casa de América de Madrid su confianza en que la "sociedad civil siga participando, exigiendo y reclamando mejores logros y objetivos en el proceso de integración europea".

Junto a Moratinos, han intervenido los ministros de Educación, Ángel Gabilondo, de Justicia, Francisco Caamaño, y de Cultura, Ángeles González-Sinde, y el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido.

Moratinos también ha incidido en el papel de la presidencia española en la creación y desarrollo de un "gobierno económico" de la UE, pese a las dudas que -ha dicho- mostraron muchos al principio del semestre."La UE ha salido fortalecida, integrada y unida para responder al nuevo papel internacional que le corresponde", ha afirmado el jefe de la Diplomacia española.

López Garrido también ha valorado la participación del "ciudadano de a pie" en el desarrollo del semestre y ha valorado las iniciativas sociales que se han llevado a cabo durante la presidencia española.

Por otra parte, el ministro de Justicia ha explicado diferentes proyectos que han prosperado durante la gestión española, como el Observatorio europeo contra la violencia de género, y ha aprovechado para suavizar las diferencias que ha tenido con la comisaria de Justicia, Viviane Reding, por este asunto.

También ha intervenido Ángel Gabilondo, quien ha afirmado que "por primera vez la educación está en el corazón de Europa", gracias al impulso que ha recibido durante esta presidencia rotatoria. Asimismo, ha defendido una "Europa de la diversidad", basada en la internacionalización y la educación y en la que se mantenga el "derecho a la diferencia sin la diferencia de derechos".

La ministra de Cultura ha coincidido con sus compañeros de Gabinete y ha asegurado que "este semestre ha servido mucho para que de Lisboa a Estocolmo y de Atenas a Dublín emerja la cultura como un derecho efectivo".