Los cuatro presuntos etarras detenidos esta madrugada en el País Vasco y que conformaban un comando "legal" -no fichados por las fuerzas de seguridad- ocultaban 200 kilos de explosivos y material para fabricar bombas.

Así lo ha señalado el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en declaraciones a los periodistas, a los que ha detallado la operación de la Guardia Civil, que ha considerado de "enorme trascendencia" y que continúa abierta.

Fuentes de la lucha antiterrorista han precisado a Efe que el explosivo se encontraba en una bajera de Galdakao (Vizcaya) vinculada a Daniel Pastor, uno de los detenidos, en la que también había varias pistolas, cordón detonante, detonadores, un bidón con polvo de aluminio, otros materiales usados para la fabricación de bombas y tubos de PVC para la construcción de lanzagranadas caseros.

Además, en la vivienda en la que residen en Bilbao la pareja formada por Iñigo Zapirarin y Beatriz Etxebarria, otros dos de los arrestados en la operación, se han encontrado también explosivos y materiales para la fabricación de bombas, según las mismas fuentes.

Rubalcaba ha asegurado que las fuerzas de seguridad investigarán ahora si existe alguna relación entre los detenidos y algunos atentados perpetrados en Vizcaya "y sus alrededores" en los últimos años cuya autoría no se ha esclarecido todavía.

Los investigadores consideran que este comando podría haber participado en el atentado contra el inspector de Policía Eduardo Puelles, asesinado por ETA el 19 de junio de 2009 en Arrigorriaga (Vizcaya), pero el ministro ha pedido prudencia a la hora de "poner nombre" a las posibles acciones terroristas de este comando porque sería "prematuro", ya que las investigaciones están en fase inicial.

"Vamos a esperar a que acaben las investigaciones -ha continuado- y que pongamos los resultados de las mismas a disposición del juez", que en este caso es el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska.

El vicepresidente, que ha felicitado a la Guardia Civil por esta operación, ha reiterado que la política antiterrorista del Gobierno no ha variado "ni una coma" porque ETA no ha abandonado la violencia ni ha dicho adiós a las armas.

Mientras no lo haga, ha dicho el ministro, la Policía y la Guardia Civil seguirán deteniendo "uno tras otro" a sus miembros "hasta que esto acabe definitivamente".

La investigación policial que ha llevado a estas detenciones se inició tras la detención de los presuntos dirigentes de ETA Garikoitz Aspiazu, "Txeroki", y su sucesor Mikel Carrera, "Ata" además de otras pesquisas policiales.

Los cuatro detenidos -Zapirain, Etxebarria, Pastor y Lorena López- formaban presuntamente un "comando legal" de ETA, cuyos miembros, ha dicho el ministro, viven y trabajan como ciudadanos normales integrados en la sociedad vasca.

Esta circunstancia hace que sea muy difícil para las fuerzas de seguridad perseguirles, ha señalado Rubalcaba.