La presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, ha lamentado que Bildu no condenara la agresión sufrida por la dirigente el jueves en Toulouse (Francia) por parte de miembros de Mugitu, porque, a su juicio, "el fin de la violencia no significa sólo dejar de asesinar".

"Ayer sentí bastante tristeza cuanto todo el Parlamento de Navarra condenó esta agresión excepto Bildu, por considerar que esto no podía elevarse a un rango de agresión. Francamente me da mucha pena democrática", ha reconocido en declaraciones a Telecinco, recogidas por Europa Press.

Según Barcina, "para cualquier persona democrática el fin de la violencia no significa sólo dejar de asesinar, sino que implica el total abandono a los actos de apoyo a la violencia física y psíquica", frecuentes, ha denunciado, en los entornos de la izquierda abertzale.

"Me siento con una agresión de este entorno pero con fuerza para defender la libertad y la democracia" ha aseverado, para manifestar que aunque en el momento de la agresión se sitió sorprendida, lo que ha ocurrido le ha dado "más fuerzas para defender la democracia".

En este sentido, ha señalado que actos como este sirven para "tener los ojos bien abiertos" y para "reaccionar frente a este tipo de gente".

Protesta contra la Alta Velocidad

La presidenta del Gobierno de Navarra sufrió una agresión por parte de miembros de Mugitu, que le lanzaron dos tartas durante la celebración de Toulouse del 29º Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) donde Barcina asumió la presidencia de este órgano.

Barcina relataba que "cinco o seis personas han aparecido en el salón plenario con pancartas y gritando consignas" y le han lanzado dos tartas. Según ha destacado, estas personas pertenecen a Mugitu, "un grupo ligado al entorno de ETA". "Son de los que hacen sabotajes e intentan impedir que se construya el tren de alta velocidad", ha añadido.

"Como hoy en la Comunidad de Trabajo de los Pirineos estábamos precisamente apoyando estos proyectos y a mí me tocaba tomar la presidencia, han llegado con unas tartas de merengue y me las han arrojado, para hacer uno de esos actos más de sabotaje, de violencia", ha expuesto.

Finalmente, la presidenta del Gobierno de Navarra ha destacado que se ha tenido que suspender el acto, pero que "posteriormente ha continuado y todo ha transcurrido con normalidad y con gran afecto por parte de todos".