Los 73 inmigrantes que fueron desalojados en la madrugada del martes de la Isla de Tierra, de soberanía española y situada frente a las costas de Marruecos, fueron trasladados en un autobús a la comisaría en Oujda en el noreste de Marruecos. Desde aquí, las autoridades marroquíes trasportaron en varios autobuses a estos subsaharianos y a varias decenas más que ya se encontraban en esta ciudad marroquí hacia la desértica tierra de nadie fronteriza con Argelia, donde quedan abandonados a su suerte.

Cuando en un momento determinado, los inmigrantes se deciden a intentar saltar la valla de la frontera con Melilla o lanzarse al mar hacia la costa española y son sorprendidos por la policía marroquí, lo más habitual es que sean "detenidos y deportados a la frontera argelina", desde donde suelen dirigirse a la ciudad de Oujda, para después regresar a Nador y volver a intentar llegar a España. Es lo más habitual, señala el coordinador general del proyecto de Médicos Sin Fronteras en Marruecos, David Cantero.

De hecho, ayer unos 60 subsaharianos de los 73 expulsados la noche anterior de la Isla de Tierra, aprovecharon la noche para volver sobre sus pasos y regresar desde la frontera de Argelia, a la ciudad de Oujda. En esta ciudad se asientan en el campus de la Universidad o en alguno de sus montes cercanos y desde allí buscan la manera de llegar de nuevo a España. Es un círculo vicioso. Marruecos deporta a los inmigrantes en autocares hasta la frontera con Argelia y ellos, tan pronto pueden vuelven a Marruecos.

Pero aquí, afirma David Cantero, la situación es "delicada". La organización humanitaria ha visto duplicarse en los últimos meses las peticiones de asistencia cursadas personas que han sufrido algún tipo de violencia, en muchos casos relacionada con la actuación policial. Cantero ha recordado que sólo en junio, la organización atendió 200 consultas en su unidad móvil en Nador y en muchos casos, de personas que decían haber sido golpeadas por las fuerzas policiales marroquíes cuando intentaban cruzar a España. Otras se habían herido en contextos violentos, como la huida de una redada.

Según explicó, cuando los migrantes subsaharianos llegan a Marruecos tras recorrer en ocasiones miles de kilómetros por el continente africano, lo hacen en una situación muy vulnerable. "Llegan después de un periplo realmente duro en el que han sufrido todo tipo de violencias, sobre todo violencia sexual en los casos más vulnerables de mujeres y menores", explicó Cantero.

Deportaciones masivas

Cantero afirma que este verano no es distinto a los demás en cuanto al número de personas que se posicionan en Marruecos para intentar llegar a Europa, aunque incide en que "hablar de cifras es muy delicado y complicado debido a la movilizad de la población migrante".

Pero Médicos Sin Fronteras denuncia las deportaciones masivas hacia la frontera argelina. Afirma que llegan decenas de detenidos desde Oujda y Nador.

Mientras siguen las críticas por la expulsión y reparto de inmigrantes de la Isla de Tierra entre Marruecos y España. Equo y el Partido de los Populares en Libertad (PPL) denunciaron ayer que la entrega a Marruecos de 73 inmigrantes vulnera la ley y atenta contra los derechos comunicados.

Por otra parte, un grupo de unos 25 inmigrantes intentó saltar la valla de Melilla, de los cuales aproximadamente cinco consiguieron acceder a territorio español.

Respecto a las dos mujeres y los ocho menores que fueron traslados a Melilla de la Isla de Tierra su situación es distinta. A las mujeres se les abrirá expediente de expulsión y los menores quedarán bajo tutela de la Administración.