El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha abogado hoy por el diálogo dentro del marco constitucional tras la Diada de Cataluña celebrada ayer, aunque ha dicho que le producen "preocupación y tristeza" esos actos y ha reconocido que fue un "éxito de convocatoria".

García-Margallo ha abogado por hacer una "reflexión" sobre la organización territorial que, ha subrayado, "no debe abocar a una reforma de la Constitución" para así abordar este asunto y "convencer" a los catalanes que quieren la secesión que esa comunidad está mejor dentro que fuera de España.

El ministro de Exteriores ha hecho estas declaraciones en la rueda de prensa que ha ofrecido junto a su homólogo portugués, Rui Machete, tras la reunión que han mantenido en el Palacio de Viana.

"La secesión de Cataluña sería una amputación extraordinariamente dolorosa", ha afirmado García-Margallo.

Ha reconocido que la cadena humana celebrada ayer fue un "éxito de convocatoria, organización, logística y comunicación" y ha añadido que es el reflejo de que el país cuenta con una Constitución que permite la libertad de expresión.

"El mismo respeto que merecen esos manifestantes, lo merecen los que no se movilizaron o manifestaron", ha afirmado.

Ha considerado que el Gobierno tiene que "escuchar a la calle" pero ha explicado que no es ahí donde se hace la política, por lo que ha apostado por el diálogo dentro del marco constitucional.

"La Constitución fue un pacto social, entre todos los españoles y comunidades autónomas, y un pacto multilateral no puede ser unilateralmente roto por ninguna parte", ha aseverado.

No obstante, García-Margallo ha destacado la importancia de tratar de averiguar las causas que han motivado esa "desafección" de algunos catalanes hacia el resto de España.

El ministro ha citado, entre ellas, las infraestructuras, la lengua y la cultura y la financiación, por lo que ha señalado que habría que buscar una "reforma" ya que "los modelos no son eternos".

"Hacer una reflexión sobre la organización territorial que nos dimos en 1977, que no debe abocar a una reforma de la Constitución. Es posible una reforma en el tema de las competencias y la financiación, sin entrar en la modificación del título VIII", ha añadido.