La Audiencia Provincial de La Coruña ha absuelto tanto al capitán del 'Prestige', Apostolos Mangouras, al jefe de máquinas del buque y al exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors, por los delitos contra el medioambiente de los que eran acusados, mientras que únicamente el primero ha sido condenado a 9 meses de prisión por un delito de "desobediencia grave".

En su fallo, hecho público este miércoles en el undécimo aniversario del siniestro marítimo -ocurrido el 13 de noviembre de 2002 frente a las costas gallegas-, el tribunal que durante nueve meses juzgó la catástrofe, ha absuelto de todos los delitos por los que eran procesadoas al jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos y a López Sors.

Mientras, el cuarto acusado, el primer oficial, Ireneo Maloto, queda excluido de esta sentencia porque no llegó a ser juzgado, al encontrarse en paradero desconocido.

La absolución de López Sors conlleva que el Gobierno español queda exento de hacer frente a cualquier responsabilidad penal, al entender que no provocó el desastre sino que trató de solucionarlo y evitar daños materiales y humanos.

El magistrado Juan Luis Pía ha subrayado que no se puede atribuir responsabilidad penal alguna a López Sors porque "nadie puede señalar lo que se debería haber hecho".

"No hay acuerdo aún hoy sobre lo que se debería hacer si se repitiese la situación", ha apostillado el presidente del tribunal de la Audiencia de A Coruña, quien ha recalcado que los informes técnicos son "contradictorios".

López Sors había sido acusado como responsable del rumbo "errático" que siguió el petrolero durante seis días antes de hundirse y la sentencia precisa que no hubo ese supuesto "rumbo suicida".

Este ingeniero naval siempre ha defendido que no se podía arrepentir de lo hecho al entender que era lo correcto y suya es una frase que refleja el estado anímico, reconocido por él mismo, en el que se ha encontrado todo este tiempo únicamente por "cumplir" con su obligación: "no me imagino al director de los bomberos de Nueva York imputado por el 11-S".

No hay responsabilidad penal

El presidente del tribunal, Juan Luis Pía, ha afirmado que no existe responsabilidad penal y que el accidente se produjo por un fallo estructural cuyo origen "nadie puede precisar".

Pía ha subrayado durante la lectura de la sentencia la "imposibilidad de atribuir responsabilidades" penales por el siniestro, aunque sí ha considerado probado un fallo estructural en el petrolero y un "mantenimiento deficiente".

Mangouras tenía 67 años cuando el día 5 de noviembre de 2002 zarpó de Risga con 77.000 toneladas de fuel pesado en los tanques del petrolero 'Prestige', un ajado monocasco de bandera de conveniencia.

Siete mil euros de nómina mensual por una última travesía para un viejo capitán con 44 años de experiencia, quien no sabía que aquel día comenzó a gestarse la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España.

Hoy es un hombre mayor que vive en Atenas, donde posee un apartamento y un automóvil compartido con su hija, y que ha estado diez años compareciendo periódicamente en diferentes comisarías, siempre localizado, sin poder olvidar esas fechas que mancharon su currículo impoluto.

El 19 de noviembre de 2002, tras seis días a la deriva frente a Fisterra (A Coruña), el barco se partió en dos y se hundió provocando un vertido de chapapote que afectó a más de 1.700 kilómetros de litoral, desde Portugal hasta Francia.

"Mi nombre es Apostolos Mangouras, ciudadano griego y en extensión europeo. Soy el último capitán del 'Prestige', barco que desgraciadamente yace en el fondo del océano', escribió a la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, en una carta en la que pidió disculpas por el daño causado y proclamó su amor por el mar.

Nikolaos Argyropoulos aprovechó su turno de palabra en la última sesión del macrojuicio declarado visto para sentencia el pasado 10 de julio para pedir "perdón" a Galicia por los daños causados por el chapapote.