El Airbus 310 del 45 Grupo del Ejército del Aire en el que iba a volar a Brasil el Príncipe Felipe, y cuya avería en un sensor ha obligado a suspender el viaje, entró en servicio en España en septiembre de 2003, después de ser adquirido de segunda mano a la compañía aérea francesa Air France.

Los Reyes estrenaron el primer Airbus 310 -de las dos unidades de las que se dispone- el 17 de septiembre de 2003, con un viaje a Granada, y cuatro días más tarde, el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, utilizó esta aeronave para un viaje oficial a Estados Unidos.

Estos dos aparatos sustituyeron a los vetustos Boeing 707, fabricados a finales de los años 50 y que acumulaban un largo historial de averías e incidentes.

En diciembre de 2000 el Consejo de Ministros autorizó la compra de esos dos A-310, para los que destinó una partida máxima de 172 millones de euros tanto para su adquisición como para su puesta al día, la instalación de un moderno sistema de comunicaciones y su reforma interior para acoger a unos 60 pasajeros.

Cuando comenzaron a volar para al Ejército del Aire en 2003 se estimó que su vida operativa sería de otros 25 años.

El Ministerio de Defensa explicó entonces que la elección de dos aviones de segunda mano se debía a que iban a realizar una media anual de 600 horas de vuelo, mientras que la correcta amortización de un aparato nuevo supone que tenga que volar más de 3.000 horas anuales, como ocurre en el caso de las líneas aéreas.

El Gobierno escogió también los A-310, y no modelos más pequeños como el A-319, por la necesidad de que fueran capaces de realizar un vuelo sin escalas de 5.500 millas náuticas, más de 10.100 kilómetros, lo que les permite hacer holgadamente vuelos transoceánicos.

Además de España, también operan este modelo los gobiernos de Francia, Alemania y Bélgica.

Historial de incidentes

El incidente de hoy no ha sido el único protagonizado por los A-310 de la Fuerza Aérea Española.

Un fallo en el sistema eléctrico también impidió despegar de la Guayana Francesa el avión en el que viajaba el entonces ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos en marzo de 2005.

Otros aviones destinados al transporte de personalidades también han sufrido averías de importancia.

En junio de 2009, un Falcon en el que se iba a desplazar José Luis Rodríguez Zapatero al término de su visita a Togo tuvo que abortar el despegue después de que el piloto comprobara que el indicador de velocidad no se encendía.

El calor excesivo que provocó en las ruedas ese despegue abortado hizo que se desinflaran y obligaron a que el jefe del Gobierno regresara en otro avión que había utilizado para trasladarse a Togo el ministro de Justicia, Francisco Caamaño.

Poco después fue un Hércules en el que viajaba parte de la delegación que acompañó a Zapatero, así como los representantes de los medios de comunicación, el que tuvo que regresar a Togo una hora después de despegar debido a un fallo en un indicador de aceite de una hélice.

Precisamente, Zapatero tuvo que desplazarse a África en un Falcon y el resto de la delegación en un Hércules por una avería de uno de los dos Airbus, ya que el otro estaba siendo utilizado por los Reyes en su viaje a Nueva Zelanda y Australia.

El 13 de diciembre de 2008 un Boeing 707 tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Nápoles cuando viajaba a Afganistán el jefe del Estado Mayor del Aire, el general José Jiménez Ruiz, para entregar un cargamento de ayuda humanitaria.

Una fisura en el cristal del copiloto provocó una despresurización del avión que hizo saltar las máscaras de oxígeno y obligó al piloto a descender rápidamente de los 35.000 a los 7.000 pies de altura.

En diciembre de 2005, un Hércules C-130 en el que se trasladaba a Bosnia el entonces ministro de Defensa, José Bono, se salió de la pista, sin que se produjera ningún daño, al aterrizar en Mostar.

En la etapa del Gobierno del PP también hubo algunos incidentes con los aviones oficiales, entre ellos el sufrido en noviembre de 2002 por un Boeing en el que se desplazaba José María Aznar a Punta Cana, en la República Dominicana, para participar en una cumbre iberoamericana.

Hubo una avería en el sistema hidráulico del tren de aterrizaje y los tripulantes tuvieron que accionarlo de forma manual.

Los problemas que se iban detectando en los dos Boeing 707 que entonces utilizaban las principales autoridades del Estado fueron determinantes para que el Ejecutivo de Aznar adquiriera los dos Airbus que actualmente se utilizan para ese cometido.

La flota actual del 45 Grupo, dedicado en exclusiva a misiones de transporte de autoridades, está compuesta por dos Airbus A310 y cinco Falcon 900B.