Felipe VI ya ejerce como Rey de España tras la publicación esta medianoche en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la ley de abdicación, que fue sancionada ayer por Don Juan Carlos. Hoy tendrá lugar la proclamación en un acto solemne en el Congreso de los Diputados.

El Rey selló este miércoles la firma de su abdicación en el Palacio Real con un efusivo abrazo al Príncipe de Asturias, a quien cedió a continuación su sitio como gesto simbólico del traspaso de la Corona a su hijo.

El símbolo del relevo quedó reforzado unos instantes después, cuando Don Juan Carlos ha llamado a sus nietas para darlas un beso: en primer lugar a Leonor, la futura Princesa de Asturias, y a continuación a su hermana, la infanta Sofía.

Fue nada más sancionar con su firma la ley orgánica de abdicación cuando el Rey se dirigió al lugar que ocupaba al inicio del acto y, tras besar a la Reina Sofía y abrazar a su hijo, le cedió el sitio que ocupaba.

Mientras tanto, los más de 150 asistentes al acto, entre los que se encontraba el Gobierno en pleno y representantes de todas las instituciones del Estado, brindaron un prolongado aplauso a Don Juan Carlos, que agradeció con gestos contenidos y visiblemente emocionado.

Además de Doña Sofía, Don Felipe y Doña Letizia, asistió a este acto Doña Elena, hermana mayor del nuevo Rey -acompañada por su hijo Felipe Juan Froilán-; las Infantas Pilar y Margarita, hermanas de Don Juan Carlos; así como los hermanos de Doña Sofía, Constantino e Irene de Grecia.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, -representado en el Palacio Real por la vicepresidenta Joana Ortega- y el lehendakari, Íñigo Urkullu, fueron los únicos presidentes autonómicos ausentes de esta ceremonia, en la que el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Jaime Pérez Renovales, dio lectura a la ley antes de ser sancionada por el Rey y refrendada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Los familiares de los Reyes ocuparon un lugar reservado para ellos a su izquierda, mientras que, a su derecha, los asientos más destacados estaban ocupados por Rajoy -acompañado de su esposa, Elvira Fernández- y los presidentes del Congreso, Jesús Posada; del Senado, Pío García Escudero; del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y del Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos.

Ausencia de la Izquierda Plural

IU-ICV, ERC, PNV y BNG fueron las únicas fuerzas parlamentarias ausentes en esta breve pero histórica ceremonia, a la que acudieron los miembros de las Mesas del Congreso y el Senado, los expresidentes del Gobierno Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero y los ponentes de la Constitución Miquel Roca, José Pedro Pérez Llorca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.

Junto a ellos, los presidentes del Consejo de Estado, el Tribunal de Cuentas, el Fiscal General del Estado, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa y los altos mandos de los tres Ejércitos, los directores generales de la Policía Nacional y la Guardia Civil, el presidente del Gobierno regional madrileño, la delegada del Gobierno en la Comunidad y la alcaldesa de la capital.

En el ámbito económico, estaban presentes los presidentes de la CEOE y del Consejo Superior de Cámaras, el líder de UGT, el secretario de Organización de CCOO y el presidente del Consejo Económico y Social.

El relevo en la Corona contó, asimismo como invitados, con cuatro condecorados con el Collar del Toisón de Oro, la orden dinástica de más prestigio del mundo, de la que el Rey es jefe y soberano: Javier Solana, Víctor García de la Concha, Simeón de Bulgaria y el exsecretario general iberoamericano, Enrique Iglesias.

Su sucesora al frente de la Secretaría General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, estaba también presente en esta ceremonia, al igual que el nuncio del Vaticano, en calidad de decano del cuerpo diplomático, y los exjefes de la Casa del Rey Alberto Aza y Fernando Almansa, así como la viuda de Sabino Fernández Campo.

Los expresidentes del Congreso Landelino Lavilla y Fernando Álvarez de Miranda, el periodista Luis María Anson y los máximos representantes del Consejo Permanente y la Diputación de la Grandeza, las Reales Maestranzas y las Órdenes Militares completaban la lista de invitados, que han recibido con una larga ovación a los Reyes y los Príncipes a su llegada al Salón de Columnas.

Tras la firma de la ley, todos ellos copartieron un vino español con la Familia Real, que abandonó la recepción hora y media después del inicio de la ceremonia, mientras en el Palacio de Oriente se preparaban para arriar el estandarte con el escudo de armas del Rey Juan Carlos I, último símbolo del fin de su reinado.