Oleguer Pujol Ferrusola, hijo del expresidente de catalán Jordi Pujol, ha negado que los millones de euros que ha gestionado en distintas operaciones inmobiliarias sean suyos o de su familia y ha defendido que ese capital procede en su mayoría de fondos institucionales y de prestigiosos inversores extranjeros.

"No tengo 3.000 millones de euros y todo lo que ha dicho la prensa es falso. Es absurdo", ha afirmado hoy Oleguer Pujol en su comparecencia en la comisión del Parlament que investiga la fortuna oculta por su familia, en la que ha añadido que nunca ha pedido la intervención de su padre en recalificaciones urbanísticas ni llevado a cabo operaciones en Cataluña.

El hijo menor del expresidente de la Generalitat, imputado por la Audiencia Nacional por fraude fiscal y blanqueo de capitales, ha explicado que trabaja desde el año 2000 como "gestor inmobiliario" y que desde entonces ha dirigido distintas operaciones con capital procedente de accionistas extranjeros y de prestigiosas sociedades de inversión, en las que sus aportaciones no superan el 0,04 %.

El imputado ha reconocido que las operaciones investigadas se basan en sociedades interpuestas y estructuras que pueden resultar complejas para los legos en asuntos financieros, pero ha recalcado que en ningún caso esa complejidad "está dificultando la trazabilidad" de los productos o permitiendo la evasión de impuestos por parte de los inversores últimos.

Oleguer Pujol fue detenido el pasado mes de octubre por la Policía Nacional en el marco de una investigación dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz -a raíz de una querella de la Fiscalía- para aclarar el origen de millones de euros invertidos en varias operaciones inmobiliarias, entre ellas la compra de 1.152 oficinas del Banco Santander.

Tras defender que la dinámica de las operaciones investigadas por la Audiencia Nacional es "la habitual, totalmente legal y transparente" y cuya "trazabilidad" está clara, Pujol ha arremetido contra la querella que le interpuso la Fiscalía, que en su opinión "no tiene ninguna consistencia".

Para Oleguer Pujol, la investigación de la Audiencia Nacional se basa en un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que plantea una "causa general" contra él, de lo que a su parecer se derivó "un registro innecesario y fuera de lugar" en su vivienda en Barcelona en octubre pasado.

El hijo menor de los Pujol ha hecho un extenso balance de su trayectoria profesional, en la que empezó como analista financiero y posteriormente impulsó, a partir del año 2000, la sociedad Drago, para gestionar proyectos inmobiliarios financiados por fondos internacionales, aprovechando que apenas había compañías en España que promovieran este tipo de operaciones.

Según los datos facilitados por Oleguer Pujol, en el año 2013 Drago gestionaba 2.730 millones de euros y 1.600 inmuebles en toda España, pero ha insistido en aclarar que él solo aportó el 0,04 % de estas inversiones, alrededor de 1,1 millones.

De los 2.730 millones gestionados por Drago -cuya sede fue registrada el día de su detención-, un 83 % (unos 2.266 millones de euros) procedían de financiación bancaria, de más de 15 entidades.

A través de Drago y de sociedades creadas ex profeso para algunas operaciones, Oleguer Pujol y sus socios gestionaron activos como edificios comerciales, terrenos en Melilla, viviendas, centros turísticos y hoteles, 1.152 oficinas del Banco Santander y tres sedes del grupo Prisa.

Respecto a las 1.152 oficinas del Banco de Santander en España, Oleguer Pujol ha destacado que el Banco de España "miró con lupa" todo el procedimiento, que culminó en el año 2007, cuando se convirtió en la mayor operación inmobiliaria de Europa.

En esta operación se invirtieron 2.040 millones de euros, de los que 1.600 millones se obtuvieron a través de préstamos hipotecarios, 273 millones con financiación de varias entidades financieras y 240 millones aportados por la sociedad Samos, que creó con unos socios para impulsar la operación.

En su comparecencia, Oleguer Pujol ha insistido en que él sólo se limitaba a gestionar estos proyectos, que eran financiados por inversores institucionales e internacionales.

"No he gestionado nunca dinero de mi familia. Siempre de fondos institucionales. No he hecho nunca operaciones en Cataluña. Nunca he pedido la intervención de mi padre en procesos de recalificaciones. Nunca he pedido un favor político a nadie. Nunca he trabajado para las administraciones públicas", ha insistido Oleguer Pujol, que ha asegurado que Hacienda conoce desde 2013 todos sus datos.

Pujol presentó en 2014 una declaración complementaria del IRPF en la que manifestaba poseer 89,5 millones en el extranjero, algunos en paraísos fiscales, pero el menor del clan ha insistido hoy en que esa suma es el "valor técnico-contable" de una sociedad que él administra y de cuyo dinero, en consecuencia, no puede disponer.

Visiblemente indignado, ha remarcado que sobre él se han contado muchas mentiras, como por ejemplo que tenía una aplicación en el teléfono móvil que le permitía borrar apretando un sólo botón todos los datos de la contabilidad de Drago.

Mireia Pujol se niega a declarar

Por su parte, Mireia Pujol, una de las hijas de Jordi Pujol imputadas por los fondos que la familia mantuvo ocultos durante años en el extranjero, se ha negado a declarar en el Parlament y no ha respondido a las preguntas de los grupos políticos. D hecho, sólo ha roto su silencio para desmarcarse de su familia: "Ellos son ellos y yo soy yo".

Con semblante serio, Mireia Pujol ha iniciado a las 18.00 horas su comparecencia en la comisión del Parlament que investiga la fortuna oculta por su familia, en la que se ha limitado a explicar en una muy breve intervención inicial que se acogía a su derecho a no declarar.

El presidente de la comisión, David Fernández, ha dado paso a los grupos, que han planteado las preguntas que tenían preparadas para Mireia Pujol, que se ha mantenido firme en su propósito de guardar silencio, aunque sólo lo ha roto puntualmente en dos ocasiones: ante el diputado de ICV Marc Vidal y ante el de C's Carlos Carrizosa.

Ante la batería de preguntas sobre los miembros de su familia que estaba leyendo el diputado de Ciutadans, Mireia Pujol ha marcado distancias con el clan: "Ellos son ellos y yo soy yo".

"No me pregunte por mi familia, porque ya han pasado todos por aquí. No contestaré. Tengo muchas cosas a decir pero no contestaré porque lo manipulan de una manera que no... No estoy acostumbrada a este escenario", ha indicado.

Mireia Pujol también ha replicado muy brevemente al diputado de ICV Marc Vidal, que le ha inquirido por la transcripción de la declaración judicial de Jordi Pujol, en la que aparece una supuesta cuenta en Suiza. "Ya se lo respondieron mis hermanos. Fue un error (de transcripción)", ha espetado.

Los grupos de la oposición han afeado a Mireia Pujol que guardara silencio en el Parlament, y le ha echado en cara que hubiera adquirido un piso de protección oficial a primera línea de mar, de unos 127 metros cuadrados y plaza de aparcamiento, cuando ocultaba tanto dinero en Andorra.

El diputado de PSC Jordi Terrades ha acusado a Mireia Pujol y a su familia de "obstruir" la investigación con lo que genera más "sombras de dudas", mientras que el portavoz adjunto del PPC, Santi Rodríguez, ha subrayado que no son una "casualidad" los "silencios" que "hablan por si solos". El parlamentario de C's, Carlos Carrizosa, ha remarcado que el silencio indica que "tienen algo que ocultar".

Mireia Pujol sí que declaró ampliamente el pasado 26 de enero ante la juez de Barcelona que la ha imputado por blanqueo y delito fiscal. Reconoció que había regularizado 1.072.000 euros que mantuvo ocultos en Andorra, en los que se multiplicaron los 62 millones de pesetas que le correspondían del supuesto legado en 1992.

Ante la juez, Mireia Pujol apuntó que la revalorización del capital oculto en Andorra se logró gracias a que las inversiones que hicieron con este dinero fueron "muy productivas" y que no tocó el fondo durante 30 años.

Mireia Pujol, que es fisioterapeuta y trabaja como autónoma desde el año 2000, viajó a Andorra en varias ocasiones para sacar entre 3.000 y 5.000 euros del fondo, en cada una de sus visitas al banco, para sus gastos personales.