"La montaña crujió", aseguró el veterano alpinista Carlos Soria, de 76 años de edad, que vivió el terremoto desde el campamento base, para explicar lo vivido justo antes de que el temblor de Nepal tiñera de desolación todo el entorno del mítico Everest.

Soria, de 76 años, aseguró sentir "crujir la montaña" en el Campo Base del Annapurna tras el terremoto que asoló este sábado Nepal, y mandó un mensaje para "pedir ayuda" para ese país por el que siente "tanto cariño".

Poco después de sentir el temblor que este sábado paralizó Nepal, Soria se comunicó con su familia, amigos y seguidores para informarles de que habían sentido "crujir la montaña" pero todos se encontraban en perfectas condiciones. Esta madrugada tuvo lugar una réplica aunque de menor intensidad y duración.

Después de casi dos meses en el Annapurna y tras anunciar el final de la Expedición BBVA a causa de la inestable climatología que complicó cualquier intento de cumbre de Carlos Soria y sus compañeros en este ochomil, la situación se complicó aún más. En este momento, la expedición se mantiene a la espera de poder volver a Katmandú en helicóptero, algo que puede llevar varios días.

Javier Camacho y Ricardo Fernández, dos de los montañeros españoles que se encontraban en el campo base del Everest cuando se produjo un terremoto en Nepal de 7,9 grados en la escala de Richter, se encuentran en "perfecto estado" y recobrando fuerzas para seguir auxiliando a los heridos que ha causado el temblor. El Gobierno de Asturias ha confirmado que hay al menos 10 montañeros asturianos atrapados en el Everest. También permanecen desaparecidos dos montañeros aragoneses.

Camacho, turolense, y Fernández, asturiano, pretendían ascender a la cumbre de Lhotse, la cuarta más alta del mundo, sin ayuda de oxígeno ni sherpa de altura, y se encontraban ya en el campo base cuando se sintió "un pequeño temblor" seguido de un "ruido muy grande" de una "avalancha tremenda".

Así lo ha explicado telefónicamente a Efe-Radio Camacho, quien ha dicho que el tiempo ahora es bastante malo, está nevando en la zona y no se ha podido recibir ayuda alguna para atender a las "bastantes" personas heridas en la avalancha, que ha causado también "unas cuantas muertes".

Los campamentos chinos y japoneses, los más afectados

Un gran alud procedente del pico Pumori ha llegado hasta el campo base y se ha llevado una buena parte de él, ha explicado Camacho, quien ha indicado que los más afectados han sido los campamentos de montañeros chinos y japoneses.

Cuando se percataron de la avalancha, los montañeros del campo base echaron a correr y buscaron refugio tras grandes piedras o montículos de nieve, que pasaba en avalancha por encima de sus cabezas.

Una vez que la avalancha cedió, volvieron a las tiendas de campaña, tomaron conciencia de la gravedad de lo sucedido e, inmediatamente, bajaron a la zona más afectada para "echar un mano" y socorrer a los heridos.

Javier Camacho no ha podido cifrar el número de víctimas mortales ni de heridos. "Hemos visto muchos heridos y fallecidos hay unos cuantos", ha relatado antes de asegurar que ellos se encuentran bien aunque "un poco preocupados por lo que ha podido pasar mas abajo" y, por tanto, "intranquilos" por ver cómo podrán salir de allí.

En la zona se ha montado una especie de hospital de campaña y los dos españoles han ayudado cuanto han podido. Ahora, ha señalado Camacho, están un poco agotados y han vuelto a las tiendas a recoger prendas y botas de más abrigo y a recobrar fuerzas para seguir con las labores de socorro.

Todavía no saben cómo podrán bajar hasta las localidades cercanas a la base del Everest, afectadas por el seísmo. Lo irán viendo "poco a poco".

Camacho se puso en contacto inmediatamente con su mujer para tranquilizarla y llamó a compañeros de trabajo para que se corriera la voz de que no habían resultado afectados.

Ambos están en "perfecto estado de salud" y, según Camacho, al menos otro montañero español que estaba en la zona también ha resultado ileso.

Montañeros asturianos atrapados

Hay, al menos diez, asturianos atrapados en Nepal. Tres han confirmado que se encuentran bien. Los otros siete no han dado señales de vida. Ricardo Fernández, que estaba en el campo base cuando se produjo el terremoto, se encuentra entre los supervivientes de la tragedia, según informó ayer en una llamada telefónica a la agencia EFE su compañero Javier Camacho, con el que se preparaba para iniciar una ascensión al Lhotse.

Además, hay, al menos, otros nueve asturianos en la zona afectada por la tragedia. Dos de ellos están bien. Son los alpinistas ovetenses Jorge Egocheaga y Eva Zarzuelo. Del resto nada se sabe, aunque el Ministerio de Exteriores no tiene constancia de que haya víctimas mortales españolas.

Los intentos de familiares y amigos por tener noticias sobre el paradero de los que no no hay noticias están siendo infructuosos. Los teléfonos móviles permanecen inutilizados y las autoridades no disponen de información sobre ellos.

Tanto Fernández como Jiménez, que estaban preparados para atacar la cumbre del Lhotse, que con sus 8.516 metros de altitud es el cuarto pico más grande del mundo, colaboraron durante toda la jornada en las labores de rescate.

Al alpinista ovetense Jorge Egocheaga el seísmo le sorprendió en el aeropuerto de Katmandú, adonde se había desplazado para participar en una labor humanitaria organizada por SOS Himalaya, una organización no gubernamental (ONG) fundada por la familia de Iñaki Otxoa de Olza, montañero muy amigo de Egocheaga que murió en 2009 ascendiendo el Annapurna. El asturiano comunicó ayer a sus allegados que se encuentra en perfecto estado.

Tampoco sufrió ningún daño la también alpinista ovetense Eva Zarzuelo, de 43 años, que vivió el seísmo desde el campo base del Makalu. Al mediodía de ayer telefoneó a su madre y envió un mensaje a varios amigos para tranquilizarles y reclamar información sobre lo sucedido.

De quien no se sabe nada es del grupo formado por Ergidio Armando García, Ángel Hernández Muñiz, Jesús Mosteirín y Sabino Fernández, que partieron hacia Nepal el pasado día 2 para realizar una ruta de senderismo de alta montaña en una zona situada a 80 kilómetros al sur de Katmandú, por el valle de Langtang y por Kiamjin Gonba. El impulsor de la excursión fue Ángel Hernández, una persona que ya ha estado en más de una ocasión en el Himalaya y que es calificado de "muy responsable" por integrantes de los clubes de montaña de la comarca de Avilés.

La esperanza de sus familiares es que todos ellos se encuentren en una zona de altiplano que no se haya visto afectada por el seísmo. Sin embargo, tal y como confirma Manuel Taibo, responsable de seguridad del grupo de montaña Ensidesa, no ha sido posible contactar con ellos. Tampoco hay noticias de Guillermo Rojel Cifuentes, un experimentado alpinista de Oviedo, integrante del grupo Torre Blanca.