Técnicos del puerto de Palma evalúan las posibles ubicaciones de atraque del ferry Sorrento si finalmente se decide remolcarlo hasta la capital balear una vez sofocado el incendio que obligó ayer a la evacuación de sus 156 pasajeros y tripulantes a 18 millas al suroeste de Mallorca.

Fuentes próximas al operativo han informado a Efe de que los expertos están considerando cuáles serían las mejores zonas del puerto para amarrar el buque incendiado en el caso de un eventual remolque hasta la capital balear.

Se barajan diversas opciones que serán puestas sobre la mesa en la reunión de coordinación del despliegue en torno al barco siniestrado que presidirá esta tarde en Palma la ministra de Fomento, Ana Pastor.

En función de las condiciones del ferry tras más de 24 horas afectado por el incendio originado ayer en sus bodegas, los especialistas abordarán la opción de transportarlo hasta el puerto de Palma para impedir su hundimiento en la zona y el consecuente daño medioambiental.

Los equipos de extinción han trabajado durante todo el día en apagar el fuego en el Sorrento, barco que por el momento no ha producido ningún vertido de carburante ni de otras sustancias contaminantes.

Según informó ayer la ministra de Fomento, el buque incendiado carga unas 750 toneladas de combustibles y líquidos contaminantes, por lo que la prioridad del operativo en el que trabajan Salvamento Marítimo y la Guardia Civil es evitar que se vaya a pique y contamine una zona de gran valor natural.

Junto al barco incendiado se encuentran dos embarcaciones de Salvamento Marítimo Marta Mata, Guardamar Caliope y Salvamar Acrux, así como el helicóptero Helimer 206 y una patrullera de la Guardia Civil.

El remolcador Punta Mayor, que partió esta mañana de Tarragona, podría llegar a la zona del Sorrento en torno a las 15.30 horas.

El ferry, que llevaba a unas 158 personas entre pasajeros y tripulación que han sido evacuados por equipos de Salvamento Marítimo, había zarpado poco antes del mediodía desde el puerto de Palma con destino a Valencia. La mayoría de pasajeros eran residentes en Mallorca.